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Miércoles, 8 de julio de 2009

Son de raza, del sur y han conquistado Madrid. El reencuentro tuvo lugar en la fiesta de la revista GQ, donde dieron muestras de que Sevilla tiene un color especial. Vicky Martín Berrocal, Eugenia Martínez de Irujo, Rosauro Baro y Álvaro Muñoz Escassi vivieron su “juerga particular” en los Salones de Hotel Palace recordando viejos tiempos. Vicky fue novia de Rosauro y tuvo una aventura con Muñoz Escassi. Eugenia fue confidente de Baro y, según cuentan, algo más.

La pequeña de los Alba y la ex de ‘El Cordobés’ compartieron mesa y mantel con charleta informal incluida. Mientras Eugenia se divertía con el matrimonio Torretta -que la viste con ropa que le queda como un guante-, Martín Berrocal tuvo como compañero al que podría haber sido su cuñado. Y es que Julio Benítez, torero e hijo legítimo de Manuel Benítez, cayó en la mesa de Vicky junto a otro maestro, ‘El Tato’. Vicky tiene mucha labia y don de de gentes. En cambio, el joven diestro parecía un pulpo en un garaje. No está habituado a los saraos y a encuentros comprometidos. Julio es el supuesto hermano del ex de Vicky, aunque a su padre nunca le ha dado la gana reconocerlo.

La ahora comunicadora mediática –por cierto sin la compañía de su novio Israel ¿habrán roto otra vez?- se tomó unas copas con sus amigos sevillanos. A pesar de que en su día Rosauro y Álvaro bebieron los vientos por esta racial mujer, ahora en la capital han vuelto a hacer migas. Así las cosas, los apuestos caballeros andaluces, el jinete y su amigo el empresario, cenaron en un mesa repleta de mujeres de bandera, entre ellas dos corazones solitarios, María José Suárez y Raquel Rodríguez, las dos con mal de amores, pero sin buscar plan. Los mozos no les hicieron ni caso. Por cierto, María José todavía no sale de su asombro cuando Feliciano López le dijo “se acabó” a lo María Jiménez.

Otra sevillana de pro también afincada en Madrid, Marisa Jara, tuvo un acompañante de lujo en la mesa, Darío Barrio, el cocinero más fashion y con más fusión del momento. Mientras el chef seguro que le contaba cómo cocinar el pavo sin quemarse, Marisa le decía lo enferma que está la madre de su ex Joaquín Cortés.

La noche tuvo dos ausencias notables: Gonzalo Miró y Alex de la Nuez. El hijo de la directora de cine tenía asiento reservado en la mesa de uno de los premiados, Eduardo Noriega -harto de que le pregunten si se considera guapo-. A última hora decidió no asistir, ya que también estaba en el acto Eugenia. Mientras, el marido de Martina Klein, proclamada la mujer del año, estaba ensayando. La velada fue presentada por el director de GQ, Javier Fernández de Angulo y Jose Toledo. La organización fue exquisita bajo la batuta de Ana Marchessi, directora de Relaciones Públicas.

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