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Jueves, 9 de julio de 2009

A Petro Valverde le atrajo siempre la costura. A los 14 años entró a trabajar en un taller como aprendiz y desde ese momento nunca lo ha abandonado. En 1976 abrió su Casa de Modas y ahora es el único modisto junto a su colega Lorenzo Caprile que “cose” Alta Costura. La Infanta Elena lo eligió para que realizase su traje de novia, aunque mucho antes ya le hacía los vestido de gala y de fiesta. Fue una relación que duró diez años y que terminó cuando el duque de Lugo se encargó del estilismo de su mujer. No le gusta hablar de esos temas y mucho menos de sus clientas conocidas. La discreción es una de sus cualidades, pero se sabe que viste a las mujeres de la corte jordana. Las princesas Alia y Muna le reciben en palacio como a un amigo. Hace unos días presentó su última colección con una puesta en escena digna de los desfiles internacionales.

Cómo le gusta que le llamen, ¿costurero o diseñador? Realmente, me considero modisto.

Hace unos días presentó su colección de Alta Costura, ¿Quién compra estos vestidos? Todo tipo de señoras, mujer empresaria, activa, actual… Tanto mujeres para su vida diaria como para un evento especial.

¿Cómo se vive (profesionalmente) al formar parte de la Historia de España? Me refiero al haber diseñado el traje de novia de la Infanta Elena: Fue un honor haber hecho ese traje, dio un cambio a mi vida.

¿Por qué dejó de vestirla? Una clienta no siempre se viste del mismo diseñador.

¿Qué relación tienen con las princesas jordanas? La relación normal con una clienta de ese nivel, pero con la Princesa Alia, una amistad muy especial.

¿Considera que las princesas (de cualquier país) deben tener estilistas? Tanto actrices como princesas creo que deben de tener un estilista que piense en ellas.

¿Cómo vestiría usted a la Princesa de Asturias? Si tuviese eses honor, la vestiría con la línea Petro Valverde.

¿Cuál es el traje de su vida? ¿Lo ha diseñado o está por diseñar? Todos los trajes son los trajes de mi vida.

Descríbase en dos o tres adjetivos: No sé me describirme a mí mismo, sólo decir que soy un trabajador nato.

Qué no le gustaría que dijeran de usted: Que soy mala persona.

Un momento literario memorable: El día que conocí a Antonio Gala.

Un momento deportivo inolvidable: Las Olimpiadas del 92.

Y un momento cinematográfico: El Oscar de Pedro Almodóvar.

El libro que marcó tu vida: El Lazarillo de Tormes.

Relee los libros: Normalmente no.

Qué le gusta hacer cuando no trabaja: Estar con mis amigos, en casa, ver el mar, pasear...

Si le tocara la bonoloto qué es lo que nunca haría: Nunca dejaría mi trabajo.

Y lo que sí: Un macro desfile en la Plaza de Colón de Madrid.

Suele poner excusas cuando no tiene ganas de ir a un sitio: No suelo poner excusas, cuando no voy es por falta de tiempo.

La bola más increíble -por disparatada- que ha contado: No cuento mentiras.

La película que nunca olvida: Desayuno con Diamantes.

Un pequeño placer en su profesión: Cualquier momento es un placer.

¿Y fuera de él? Una cerveza con los amigos.

De no ser lo que es qué le hubiese gustado ser: No tengo ni idea.

¿A quién y qué envidia? A las personas muy cultas.

¿A quién y qué detesta? A los desaprensivos y aprovechados.

No se quisiera morir sin: Hacer el desfile en la Plaza de Colón.

Sueño recurrente: Hacer el vestuario de una película de época.

El mejor olor: El azahar.

El mejor sabor: El del jamón.

El mejor sonido: La guitarra española.

El mejor color: El rojo.

¿Qué hacía el día que se casaron los Príncipes de Asturias? Retransmitirlo en directo en los informativos de Antena 3.

¿Dónde estaba el día que cayeron las Torres Gemelas? Trabajando.

La noticia que más ilusión le haría ver en un periódico: Que los niños no son explotados.

Y la que más le ha impresionado últimamente: Las que vienen de Iraq.

¿Suele llorar con las películas? Sí.

¿Cuándo y por qué tuvo un ataque de risa incontrolado? Cuando veo a Paz Padilla, me parece genial.

¿Qué le hace pasar vergüenza? La gente que se aprovecha en televisión de alguien profesional.

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