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Jueves, 9 de julio de 2009

El paparazzi australiano Jamie Fawcett, que el año pasado ganó una demanda por difamación a causa de unas fotos de Nicole Kidman, ha perdido otra denuncia contra The Sun Herald, el diario al que exigía una indemnización. Carolyn Simpson, la jueza del Tribunal Supremo del estado de Nueva Gales del Sur que se encuentra al frente de este caso, ha decidido que el periódico, propiedad del grupo de medios Fairfax, tiene razón.

Según ha publicado la agencia APP, las razones que ha llevado a la magistrada a tomar esta decisión no han sido otras que la demostración durante el juicio por parte del diario de que el paparazzi se comportó de forma "imprudente y amenazante y asustó a la actriz" para intentar conseguir unas fotos. Por esta razón, ha dicho además que el fotógrafo no sólo no tiene derecho a una compensación, sino que tendrá que pagar a Fairfax los costes del proceso.

A pesar de que hace un año un juzgado popular falló a favor de Fawcett en la demanda por difamación que había puesto contra el diario británico por afimar que era el fotógrafo “más odiado” de Sydney, al paparazzi no le ha servido de nada. La jueza ha decidido otorgar la razón en esta ocasión a The Sun Herald por entender que Fawcett había actuado de forma temeraria para conseguir unas fotos tras la declaración de Nicole Kidman.

Como ya publicó Vanitatis.com hace unos meses, ( ver noticia) la actriz se desplazó hasta el Reino Unido para declarar ante los tribunales a favor del diario. La protagonista de Cold Mountain contó la persecución que sufrió por parte del citado fotógrafo en las calles de la ciudad australiana de Sydney cuando circulaba en su coche con John Manning, su representante.

La intérprete, casada con el cantante Keith Urban, aseguró durante su declaración ante la magistrada que había pasado miedo con el seguimiento –durante el que permaneció agachada en el asiento trasero del coche que Manning conducía- y que incluso llegó a temer por su vida y la del resto de personas que circulaban por la vía, debido a la velocidad a la que iba el coche que les perseguía y la conducción peligrosa que estaba realizando para lograr su objetivo.

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