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Sábado, 11 de julio de 2009

En las distancias cortas, Andreu Buenafuente demuestra su sabiduría. Irónico, reflexivo, cercano, el periodista se mueve igual de bien con “chiquichiquis” e intelectuales. Ahora lanza al mercado un libro con sus famosos monólogos, y no le cuesta lo más mínimo reírse de sí mismo, apareciendo en la portada de Digo yo convertido en burro.

¿Te sientes padre del Chikilicuatre? Me siento su admirador y me emocionaré mucho si, como espero, gana el festival de Eurovisión.

¿Y te emocionas con facilidad? Pues, la verdad es que solamente he llorado una vez en público, y fue cuando el arquero Rebollo metió la flecha en el pebetero durante la inauguración de la Olimpiada de Barcelona.

Hablando de emociones, ¿si tuvieras que elegir, te quedarías con tu amigo Chikilicuatre o con una de sus bailarinas? Prefiero una bailarina a un tupé, aunque reconozco que todo lo que se mueve me gusta.

¿Le echas pasión a todo? Absolutamente a todo.

Defínete con tres adjetivos: Intuitivo, exigente y amistoso.

¿Qué no te gustaría que dijeran de ti? Que he traicionado unos ideales o que he fallado como persona.

¿Un buen libro? Hay muchísimos. Pero, bueno, me gusta mucho uno de poemas de Goytisolo que se llama Mis poemas son mi orgullo.

¿Un hecho deportivo? La Olimpiada de Barcelona.

Elige una secuencia cinematográfica: Cuando en El hijo de la novia el amigo le dice a Darín en mitad de un rodaje, con la cámara grabando, que le gusta su novia.

¿Relees los libros? No. Porque hay muchos libros nuevos por leer, y poco tiempo para hacerlo.

¿En qué ocupas tu tiempo cuando no trabajas? Me temo que trabajo todo el rato, porque me tomo con mucha pasión mi profesión. Pero en algún momento libre me gusta dibujar.

¿Qué no harías con el dinero si te tocara la lotería? Cualquier cosa fría y calculadora. Me gustaría, más bien, repartirlo.

¿Pones excusas cuando no quieres ir a un sitio? Sí, para no herir a la persona intento escaquearme.

¿Un placer en tu profesión? Tener mi propio plató, mi público y mi equipo, a ocho minutos de mi casa.

¿De no ser periodista qué te hubiera gustado ser? Pintor.

¿Envidias a alguien? A los que tienen tiempo libre para dedicarse a lo suyo.

¿Qué detestas? A los intransigentes, necios e intolerantes.

¿No te gustaría morir sin…? Si me muriera ahora ya habría hecho casi todo.

¿Tu olor preferido? El que desprendía la primera emisora de radio en la que trabajé, por una ropa de saco que había en los locutorios.

¿Un sabor? El del queso.

¿Un color? El rojo.

Y un sonido: El del mar.

¿Lloras cuando ves determinadas películas? Sí. Y cada vez más.

¿Eres muy llorón? No mucho. Pero a veces me sale una lagrimilla al estilo de las que se le caían a Heidi.

¿Cuándo tuviste el último ataque de risa incontrolada? Me lo produjo el presidente de Cantabria al decirme que me podía hacer la predicción del tiempo.

¿Qué te causa vergüenza? La estupidez ajena, si tengo que ser yo el espectador.

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