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Sábado, 11 de julio de 2009

Desde hace algún tiempo, la prensa viene reivindicando un lugar y un respeto de quienes se sitúan delante de los focos. Y esas reivindicaciones pasan, también, por dar algún que otro plantón como escarmiento. Ya hablamos del que recibió Asdrúbal en la inauguración de su bar de copas (Ver noticia) como escarmiento por haber situado el photocall en plena calle y con el peligro de sufrir un atropello por parte de los coches que circulaban por una vía que no había sido cerrada al tráfico. Y es que algunos olvidan que, en ocasiones, los medios de comunicación pueden ser la mejor publicidad para cualquier cosa que se presente.

Algo similar a lo que les acaba de ocurrir a Aitana Sánchez Gijón y los muebles ecológicos que amadrina (el nuevo término para no decir 'que publicita'). Ella era el reclamo, y los muebles aquello que se quería dar a conocer, hasta ahí todo bien. El problema vino desde el principio, ya que el evento comenzó con múltiples retrasos. Primero la actriz iba a conceder unas entrevistas antes de que comenzara la rueda de prensa. Después, éstas debían esperar a que finalizase la explicación del proyecto y finalmente, no se iban a realizar.

Ante tal indecisión algunos decidieron abandonar la presentación sin esperar a que ésta diese comienzo y de que la actriz, ajena al ánimo de la sala, saliera del camerino. El ambiente en la sala seguía calentándose, debido a lo que la prensa consideraba una falta de respeto, y el personal se fue yendo. Alguno, mientras recogía todo su arsenal, no veía en todo aquello nada más que "una tomadura de pelo", por el tiempo empleado en llegar hasta el espacio escénico en que se celebraba el acto para luego volver con las manos vacías.

Al final, la protagonista de La camarera del Titanic salió más de 30 minutos después de la hora prevista para el inicio de la presentación, con el lógico enfado por parte de algunos periodistas que vieron como su tiempo se esfumaba sin conseguir el objetivo marcado para aquella mañana: hablar con Aitana, que cuando al fin hizo su aparición, posó muy sonriente y muy educada, eso sí, ante los pocos medios que se mantuvieron.

Nada nuevo bajo el sol: hace algún tiempo Belén Rueda también sufrió una experiencia del mismo estilo. La actriz se negó en un primer momento a posar sola ante la prensa que había acudido a la presentación de una de sus películas. Sin embargo, alguna inspiración –mundana o divina– debió tener dentro de la sala de cine porque cuando salió decidió que era un gran momento para hacer ese posado en solitario. Pero claro, a los fotógrafos ya no les apetecía, así que en un tácito acuerdo, negaron a la actriz la foto que inmortalizase el instante.

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