Sábado, 11 de julio de 2009
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TELEVISIÓN
@Vanitatis.com - 25/05/2008
El programa de La Sexta, ‘Crímenes imperfectos’, repasa en este capítulo la muerte del modisto italiano Maurizio Gucci, uno de los grandes nombres de la historia de la moda y cuyo asesinato, que tuvo lugar el 27 de marzo de 1995, ocupó varios minutos en los telediarios de todo el planeta.
En este capítulo, el periodista Dominick Dune reconstruye el asesinato del heredero del imperio de la moda, que murió al recibir cuatro disparos en una de sus oficinas, situada en Via Palestro en el centro de Milán cuando se disponía a coger el ascensor. El capítulo cuenta cómo la entonces ex mujer del diseñador, Patricia Reggiani, contrató a dos sicarios para que acabasen con la vida de Gucci.
El caso fue entonces complicado, ya que cuando tuvo lugar el asesinato, el magnate era un hombre poderoso y que despertaba numerosas envidias. A esto se sumaba que Gucci había iniciado negocios en el mundo del juego y sus constantes discusiones con su ex esposa porque ésta exigía al diseñador una cantidad mayor de dinero que la que obtuvo al separarse para la manutención de Alesandra y Allegra, las dos hijas de la pareja.
La mala relación entre Gucci y Patrizia era de conocimiento público, como también lo era la oposición del padre del diseñador, Rodolfo Gucci, a que su hijo se casase con la joven. En 1984, Maurizio abandonó a Patrizia para irse a vivir con Paola Franchi, su amante, algo que su mujer no encajó demasiado bien, y desde entonces se dedicó a atacar a Paola y a amenazar a su ya ex marido con publicar un libro en el que contaba los trapos sucios de la familia Gucci.
Hasta que se produjo el asesinato. Ese día, Gucci se dirigía a su oficina cuando alguien se acercó por la espalda y le disparó, provocándole la muerte. También recibió dos disparos del mismo hombre el portero del edificio en que se encontraban, aunque sobrevivió. Fue precisamente este portero quien contó a los carabinieri que el asesino había huido en un vehículo conducido por otro varón, lo que dio las primeras pistas a los agentes.
A partir de esos datos, la policía italiana descubrió que los asesinos eran Guiseppe Onorato y Orazio Cicalá, pero mediante escuchas comprobaron que los dos hombres habían sido contratados por el portero de un hotel de Milán llamado Ivano Savioni. Este portero había contactado además con la vidente personal del magnate, Giuseppina Pina Auriemma.
Todo apuntaba hacia la ex mujer de Gucci, y el caso quedó visto para sentencia cuando los imputados declararon durante el juicio que Patrizia había pagado 400.000 euros a los dos sicarios para que matase al hombre que la había dejado nueve años antes. A pesar de las alegaciones de enajenación mental -provocada por un tumor cerebral que la acusada había padecido y que le había sido extraído- que su abogado alegó en el juicio, Patrizia fue condenada a 29 años de cárcel por haber organizado el asesinato.
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