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Río de Janeiro sigue avanzando la moda del otoño-invierno 2009-2010 y en su tercera jornada, celebrada este martes, ha habido tiempo para un poco de todo, aunque lo que ha destacado ha sido una pauta común: la búsqueda de una elegancia a medio camino entre las tendencias contemporáneas y los aires más clásicos. "La sensualidad explícita no está de moda", escriben en la web JB Online, y la frase no deja de tener su aquel: puede haber transparencias, pero envueltas entre grandes volantes; puede haber alegría, pero siempre que esta no quiera salirse de una paleta de colores restringida casi por completo a los negros y grises.
Maria Bonita Extra presentó una colección firmada por Ana Magalhaes que demuestra lo que explicamos: prendas casi señoriales, con un aire bohemio a la vez que real, es decir, monárquico. La suya era una de las colecciones más esperadas y mostró piezas ligeras, rematadas con lazos o tocados tridimensionales.
Hacía calor ayer en la ciudad carioca. Por la tarde Tesutti había homenajeado en su desfile al retirado Valentino Garabani, que aprobaría a buen seguro los trajes clásicos creador por la jefa de diseño de la casa, Fafa Cosenza.
Pero si hubo un desfile que sorprendió fue el que cerró la jornada fue el de Victor Dzenk, que acercó hasta la Marina da Gloria un pedacito de Argentina en su décimo aniversario como firma. En la pasarela, vestidos vaporosos y muy sexy, escotes afiladísimos y estampados que recordaban a la bandera argentina, a la luz de la capital porteña... y para terminar, el espacio se convirtió en una sala de música improvisada: sonó el tango, corrió la cerveza y los alfajores que repartió la firma alegraron los estómagos. ¿Se puede pedir más?