Hace mucho tiempo, en la localidad japonesa de Awazu, en la región de Hokuriku, Taicho Daishi (maestro del budismo) ordenó a un joven del lugar la construcción de un balneario-alojamiento a fin de que todo el mundo pudiera disfrutar de las propiedades curativas de las aguas termales que había en la zona. De este modo y, como si fuera un cuento de hadas, nació el Ryokan Hoshi que, actualmente, es el hotel más antiguo del planeta.  Fue fundado en el año 717 y ha sido dirigido por la misma familia durante más de 46 generaciones.

Unidos en la riqueza y en la pobreza

Pero, ¿cómo lo ha conseguido? La razón es sencilla y tiene que ver con el carácter de los japoneses, que tienden a pensar más en el beneficio del grupo que en el individual. No es de extrañar que su espíritu perseverante y constante haya permitido a sus múltiples dueños conservarlo en activo a pesar del tiempo transcurrido y a sabiendas de que no siempre la prosperidad y los beneficios les acompañarían.

Rodeado de leyendas

El hotel abrió sus puertas en el año 717, a medio camino entre la realidad y la magia que rodea a todo lo divino. Un día Daishi se acercó hasta un campesino llamado Gengoro Sasakiri y le señaló un monte de gran altura que había en las inmediaciones. Una noche mientras el maestro dormía recibió la visita del dios Hakusan, quién le reveló que en el pueblo Awazu, situado en la base de la montaña, había una especie de lagunas, cuyas aguas tenían propiedades curativas.

Su misión sería dejar al descubierto dicha laguna. Daishi ordenó a su discípulo Garyo Houshi la construcción de un balneario usando las aguas termales. Son los herederos de este último los que han mantenido en activo este hotel todo este tiempo. Al principio se decía que todos los enfermos que se bañaban en sus aguas se reestablecían inmediatamente. Actualmente este aspecto no está confirmado del todo. 

El spa es, por tanto, la principal atracción del Ryokan Hoshi y los tiene dispersos tanto en el interior como en el exterior de los edificios que componen este majestuoso hotel. Los baños exteriores, a diferencia de los interiores, son mixtos, es decir, pueden ser usados tanto por hombre como mujeres.

La importancia de las estaciones

El hotel cuenta con cuatro edificios, cada uno adornado con los elementos propios y característicos de la primavera, el verano, el otoño o el invierno. Así los nombres de las habitaciones se derivan de la estación que intentan representar: Yakata, Haru no Yakata, Natsu no Yakata y no Yakata Aki.  Es un reflejo, de acuerdo con su opinión, de que la vida es un viaje a través de las estaciones. Pero eso sí, un destello caro ya que el precio medio de las habitaciones con desayuno y precio incluido suele rondar los 300 euros.

Si grande es la importancia que conceden al balneario y las habitaciones, no es menor la que otorgan a su restaurante plagado de los productos de la zona, sin apenas adornos que puedan interferir en su sabor y consciente de la estacionalidad que tanto alababa Caius Apicius hace un par de semanas en este mismo periódico.

El hotel cuenta con otros añadidos como la posibilidad de participar en la típica ceremonia del té (no confundir con la hora del té británico), así como pasear y descansar en su jardín, recientemente reformado por Toemon Sano, con más de 200 especies de sakura (cerezos) en vías de extinción en Japón.

Hotel Ryokan Hoshi

Dirección: Awazu (Japón)

Teléfono: 81 761 65 1111

Web: http://www.ho-shi.co.jp/jiten/Houshi_E/home.htm

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