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Lunes, 13 de julio de 2009

La moda y las subastas viven estos tiempos una tierna historia de amor. Después de que se pusiera a la venta la colección de arte que Yves Saint Laurent y su compañero Pierre Bergé acumularon durante años, ahora llega el turno de otra leyenda desaparecida, Gianni Versace. El contenido de la villa que el fallecido diseñador tenía junto al lago de Como, al norte de Italia, sale a la venta y podría alcanzar los dos millones de libras (unos 2,2 millones de euros) cuando sea subastado el próximo día 18 en la casa Sotheby's de Londres.

La casa ha tratado de recrear en sus salas el amor por el detalle que Versace puso en cada uno de los objetos que tenía en su Villa Fontanelle, una vivienda del siglo XIX decorada en estilo neoclásico. Aunque poseía residencias en todo el mundo el diseñador estaba enamorado de ésta, que durante dos décadas se convirtió en su refugio para los fines de semana.

"Es la casa que realmente me pertenece, que refleja la imagen de todo lo que soy, para mejor o peor", solía decir. Allí se recluía y también invitaba a sus famosos amigos, aquellos que le granjearon la categoría de celebrity, como Madonna, Sting, Elton John o la fallecida Diana de Gales.

Los muebles y objetos decorativos de la vivienda han sido divididos en 550 lotes y entre ellos hay alfombras, cuadros, esculturas, camas, muebles y pinturas. Destacan entre el resto de la colección dos pugilistas a tamaño natural de Antonio Canova, que saldrán a la venta a un precio estimado de 20.000 libras (unos 22.600 euros).

Los admiradores del creador tienen delante de ellos una ocasión que ya nunca se volverá a repetir: "Esta es la última oportunidad de entrar en el mundo de Versace y comprar algo de una colección que es representativa de su estilo", explica el vicepresidente del área europea de Sotheby's, Mario Tavella.

Un negocio redondo

Con la economía revuelta, las subastas se están convirtiendo en un refugio para muchas inversiones y más aun si el nombre del vendedor (o del poseedor original de los objetos) es alguien proveniente del mundo de la moda.

Muchos sospechaban que podía quedarse en un bluff, pero se equivocaron: la subasta de los bienes que durante décadas fueron recopilando Saint Laurent y Bergé batió todos los records esperados. Los 730 lotes se vendieron en 471 millones de dólares cuando las estimaciones antes de la subasta marcaban la cifra de 255 millones como la más aproximada al valor de las piezas. Es decir, un 85% más de lo que se esperaba.

En nuestro país también ocurre. La casa de subastas Alcalá, por ejemplo, ha puesto a la venta en diversas ocasiones objetos personales o artísticos que fueron propiedad del gran diseñador vasco Cristóbal Balenciaga, pero no hace falta que los objetos hayan pertenecido directamente a los creadores de moda para que su caché aumente: el simple nombre de un diseñador de moda sirve, aunque sea de modo tangencial, para elevar el precio en cualquier subasta. Así, el hotel Savoy de Londres subastó en diciembre de 2007 una cama procedente de su habitación 412, en la que Coco Chanel pasó muchas noches.

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