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Lunes, 13 de julio de 2009

Ser famoso no es sinónimo de ser una persona divertida. Algunas estrellas nacionales, con un escaso don de palabra, resultan tremendamente aburridos para la audiencia. Así se desprende de una encuesta realizada por la revista FHM en la que se ha elegido a los ’21 españoles para bostezar’. Aunque son muy admirados por sus éxitos deportivos, por su trayectoria empresarial o por su trabajo en el cine, lo que mejor les define es su capacidad de hacer bostezar.

Para los españoles, el español más aburrido es Sergio García, al que se recomienda “cambiar el golf por los dardos”. Vamos, que el ‘Niño’ no cala entre su público. A este deportista le sigue el escritor Antonio Muñoz Molina, del que dicen que tiene poca gracia. Así, le recomiendan “unos cuantos años en pleno Manhattan poniéndose al día de las tendencias en hip-hop y cultura urbana”. Y la medalla de bronce ha recaído sobre Jordi Hurtado por “su cara agafada, sus bucles azabache” que incitan “a cambiar de canal".

“Brinda tanta diversión con una guía de teléfonos en braille” dice del cuarto clasificado, Luis Medina. A él le siguen Juan Aguirre, el componente de Amaral; Vicente del Bosque; Rafael Nadal, al que cataloga de plomizo; Jordi Mollà, por tener demasiada sensibilidad artística; Eduardo Noriega, “que es más soso que un bocata de apio”; Pedro Solbes, que “su cometido por contrato es aburrir al personal”; o Raúl González, que será un buen jugador pero cuando abre la boca duerme. Y tampoco podemos olvidar a Fran Rivera o a Fonsi Nieto.

Ellas también cansan

Pero algunas mujeres también duermen hasta las ovejas. Para esta revista, la Reina Sofía es la española más aburrida por su poco don de palabra. “Justo la primera vez que abrió el pico, fue para apoyar la asignatura de religión”, dice. Tampoco le tiene mucho que envidiar Ana Blanco, “que mantiene el mismo rictus para anunciar el premio de la ONCE que un alzamiento zombi en Cuenca”.

No son mucho más alegres Belén Rueda, Inés Sastre o Bimba Bosé. Mientras que la primera es sosa por sí misma, a la modelo afincada en Francia la cataloga de mujer de hielo. Con Bimba no tienen piedad. Así, dice que la apodan “Huntelaar en los vestuarios de las pasarelas por su parecido con el ariete madridista”. A ella parece que no le hace mucha gracia el chiste.

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