vanitatis.com

Miércoles, 14 de octubre de 2009

Carlos y Camilla siguen felices y unidos. La pareja celebra el día 9 de abril su cuarto aniversario de boda. En este tiempo, la duquesa de Cornualles ha ganado peso en los actos públicos, donde asiste sin problema en solitario, y se ha ido poco a poco ganando el cariño de sus súbditos. Aunque antes nadie la quería, ahora hasta su suegra la respeta.

Tras muchos años de noviazgo oculto siendo amantes, Carlos y Camilla se casaron hace cuatro años, en 2005. Pese a la oposición inicial de su madre, Isabel II se vio obligada a ceder ante la insistencia del príncipe. Y es que la duquesa no gustaba a nadie porque era una divorciada que destruyó el matrimonio de Diana de Gales.

La relación amorosa entre Carlos y Camilla se convirtió en legal en una ceremonia civil celebrada en el ayuntamiento de Winsord. Aunque iba a celebrarse el día 7 de abril de 2005, se retrasó un día por la muerte de Juan Pablo II, una demora que no fue un mal augurio. Al ‘sí quiero’ le siguió una misa en la que estuvo presente Isabel II, que un principio se había negado a la retransmisión televisiva del acto e, incluso, al propio enlace. Al final no sólo cedió, sino que le dio a Camilla el título de duquesa de Cornualles a cambio de renunciar a ostentar el título de Reina a su muerte.

Los hijos de Carlos de Inglaterra, pese a que Camilla era ‘la otra’ en el matrimonio de sus padres, no se opusieron al enlace. Asistieron tanto a la ceremonia civil como a la misa posterior elegantemente vestidos. Su nueva madrastra les despidió con un beso antes de partir hacia Escocia para disfrutar unos días de su luna de miel. Incluso tiraron confeti a los recién casados y corrieron tras el coche cuando se alejaba.

¿Reina Camilla?

Pero que su presencia haya sido aceptada en la Corte o entre sus súbditos no significa que algún día luzca la corona de Isabel II. En su día, cuando se casó con el heredero, pactó que ella llevaría el título de ‘Princesa Consorte’ cuando Carlos ascendiera al trono. Sin embargo, al príncipe le gustaría que su amada ocupara el puesto para el que estaba destinado su esposa Diana de Gales. Todavía está en el aire.

A esto hay que sumar la legalidad de la boda de Carlos. Para muchos, el heredero no está legalmente casado con Camilla ya que se trató de un evento civil, algo ilegal para las costumbres palaciegas. Al parecer, según varios medios, la pareja habría infringido la ley al casarse por lo civil. Pero la clave de todo está en unos documentos secretos. Según ha declarado el político Norman Baker, si estos documentos se hicieran públicos se determinaría si la boda fue legal. “Este puede parecer otro ejemplo de cómo el Gobierno da el consejo legal que estiman oportuno en cada momento. Eso es lo que ha debido pasar con la boda real”, dice. De momento, nadie los ha visto y Carlos y Camilla celebran tranquilos su aniversario de boda.

LAS MÁS