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Martes, 10 de noviembre de 2009

"Muy bien, contenta y serena". Así es como María Eugenia Brianda Timotea Cecilia -Eugenia Martínez de Irujo', define en Magazine su actual estado anímico. En un reportaje acompañado con esta espectacular fotografía, la pequeña de la duquesa de Alba, recién separada de su chico Gonzalo Miró, confiesa que en sus planes "no entra volver a casarme", aunque apostilla que "nunca se puede decir nada. Mucho antes conviviría que volverme a casar". Eugenia sabe que "la convivencia es muy complicada" y que "al final, te acaba enervando todo".

La sexta hija de Cayetana cuenta a la periodista Nieves Herrero, autora del reportaje, que está muy bien con su hija, nacida hace nueve años, fruto de su relación con el torero Francisco Rivera, con quien se casó hace 10. "Estoy muy bien con ella, nos llevamos estupendamente".

Tras hablar de su pequeña, pasa a relatar su propia infancia. "De pequeña, todo lo que tú vivas diferente de otros niños, te marca. Eso es algo que siempre he llevado mal. Si iba al cine sola o con mi nani o con amigas, perfecto. Pero si iba con mi madre, que la conocía todo el mundo, lo pasaba fatal. Me hacía sentir diferente y eso me pesaba mucho. Lo positivo es que vives rodeada de arte y de cosas maravillosas que puedes disfrutar", agradece.

De su madre, que mantiene actualmente una relación con Alfonso Díez, un funcionario 25 años menor que ella, dice que "se ha puesto el mundo por montera (...) Mi madre y yo hemos chocado bastante, pero es cierto que estamos unidas. La pena es que siempre está en Sevilla. Me paso los días yendo y viniendo. Me gustaría que estuviera un poco más en Madrid".

De sí misma confiesa que es tímida y que no le gusta estar siempre en el ojo del huracán, Sabe perfectamente que cualquier cosa que diga será recogida por la prensa rosa por ello, cuando Nieves Herrero le pregunta por el hombre que más ha influido en su vida, ella se limita a decir "no es por no contestarte, sino por la repercusión que puede tener…".

De los hombre de su vida de los que sí puede hablar; sus hermanos, dice que "nunca hemos sido muy piña. Cada uno ha tirado para su lado. Según he ido cumpliendo años, los he conocido más. Al principio, eran unos extraños para mí por la diferencia de edad. La verdad es que hoy, los momentos que estamos juntos los disfruto muchísimo". También habla de la persona que más ha influido en su vida: su nani Margarita. "Me he criado con ella y siempre he estado a su lado. Cuando me tenía que regañar, lo hacía. Nos dio todo su cariño. Le debo muchas cosas y estoy muy agradecida. Mi hermano Fernando, que estuvo muy malito de pequeño, tiró para adelante gracias a ella (...) Mi madre viajaba mucho. Ahora se convive más con los hijos, pero antes te llevaban a saludar al invitado y para arriba otra vez. Los niños molestábamos. Era así, convivías con las tatas. Es cierto que al morir mi padre, yo estaba muy unida a mi madre. Pero se volvió a casar, siendo yo muy pequeña, y rehizo su vida".

Volviendo a hablar de su yo más íntimo, confiesa que no se ha querido nunca. "Yo no me he querido nunca. Eso no quiere decir que no me quiera superar. Es verdad que ahora estoy muy contenta con mi vida y no tengo queja de nada. He acanzado cierta serenidad", termina.

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