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Los Príncipes de Asturias brindan con ‘vino de la casa’
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Los Príncipes de Asturias brindan con ‘vino de la casa’

Buffet con fabada, salmón, pastel de cabracho, rape alangostado y roast beef; exquisiteces regadas con ‘vino de la casa’. Todos hacían conjeturas sobre el origen del

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Los Príncipes de Asturias brindan con ‘vino de la casa’

Buffet con fabada, salmón, pastel de cabracho, rape alangostado y roast beef; exquisiteces regadas con ‘vino de la casa’. Todos hacían conjeturas sobre el origen del misterioso caldo decantado con sigilo en la cocina. Las malas lenguas cuchicheaban: “Sólo puede ser un vino de los Masaveu…, y en la mesa principesca seguro que sirven un Gran Reserva porque entre la jet también hay clases”. No hay que olvidar que era la entrega de los Premios Príncipe de Asturias.

Pues bien, tras una ardua investigación se desveló el secreto: se trata de un Murua Reserva del 2000 con aromas de frutas del bosque y compota de ciruelas con el sello de la “Casa Masaveu”. Por lo visto, a la royalty les gustó el maridaje de la noche anterior en el Palacio del Bosque de la Zoreda, en La Manjoya. Una cena sólo para los más in donde se sirvieron caldos de La Rioja alavesa y las Rías Baixas; también de la “Casa” (Murua Gran Reserva del 96 y Fillaboa Monte Alto).

Sus Altezas ilustrísimas y demás asistentes fueron madrugadores a la cita del almuerzo que precedió a los premios. En la invitación figuraba que el festín comenzaría a las dos de la tarde. Media hora antes el salón estaba repleto y los hambrientos invitados se lanzaron al buffet en medio de un overbooking civilizado. Algunos insignes convidados se quedaron sin silla pero no perdieron la compostura. Se respiró buen ambiente y el encuentro se prolongó hasta pasadas las 4 de la tarde. Tiempo suficiente para repetir del buffet y degustar los deliciosos postres: casadielles, tocinillo de cielo, dulces de avellana y arroz con leche.

Durante veinte minutos se impidió el acceso al Salón Covadonga, antigua capilla del Reconquista, para que los Príncipes pudieran comer tranquilos. El resto del almuerzo departieron con los invitados, incluso hubo quien se coló para saludar a los anfitriones en plena comida. En un salón y patio adyacente se habilitaron mesas para el resto de invitados.

Tras la entrega de premios la crème regresó al “campamento base” del Hotel Reconquista, de 8 a 10 de la noche. Los salones estaban realmente “abarrotaos”. La reina abandonó el cóctel hacia las 9 y regresó a Madrid. Los príncipes permanecieron hasta el último momento saludando a sus simpatizantes. Hasta Alicia Koplowitz soportó con estoicismo la saturada reunión. Cada año son más los ex galardonados que regresan a la cita, si a ello sumamos a la lista de personalidades, VIPs regionales y demás compromisos, el recinto se queda pequeño. Ni que decir tiene que los más de mil periodistas acreditados tienen vetada la entrada.

El pase por la alfombra azul

Esplendida puesta en escena: alfombra azul a juego con la corbata del príncipe Felipe y doña Letizia de chaqueta blanca estilo capelino que parecía anunciar la primavera llega a ‘El Corte Inglés’ mientras Isidoro Álvarez y su señora tomaban nota.

La princesa -cada vez más cerca de la reina- saludó a su suegra con tres genuflexiones durante el acto. Los ministros socialistas, Moratinos, Cabrera y César Antonio Molina, no fueron tan protocolarios. Miguel Ángel Revilla bromeaba: “Un primo mío ganadero esta acojonao con el cambio climático dice que las flores de mayo salen en octubre”. Sabino Fernández Campo daba su opinión sobre las declaraciones de Jiménez Lozanitos: “No está mal que cada uno exprese sus opiniones pero el problema de los ataques al Rey es desagradable e inoportuno”.

Fraga, Ana Pastor y Alicia Castro hacían mutis por el foro. En realidad, los políticos pasaron inadvertidos, salvo Soledad Saavedra (esposa del presidente del Principado) que actuó de top model revelación con un modelazo estilo Audrey Herpburn creación de Juanjo Oliva. Falda de tul con plumas, guantes blancos hasta el codo y peinado emulando a la actriz. Areces no realizó comentario sobre el cinematográfico look de su señora…

Pradas, Armanis y Lacroixs por doquier, terciopelos, estolas y diseños exclusivos de alta costura. Alicia Koplowitz impecable con traje de chaqueta negro cruzó la alfombra sola y con prisas. Ágata Pidal sofisticada con unas pieles indescriptibles. Paloma Rocasolano eligió una línea sencilla pero con clase. Sandra Ibarra deslumbrante con un vestido de Roberto Verino y sandalias plateadas de Sara Navarro. La consorte de Luis del Olmo fue la más cotilleada al ser “la más rejuvenecida”. Y al final, todas alabaron la elegancia de la reina Sofía que lucía un traje chaqueta negro y oro, con la asturiana Cruz de la Victoria.

Frente a la barbarie y el ecologismo

El momento más emotivo de la entrega de Premios se produjo cuando el teatro se puso en pie, rompió en aplausos y durante un minuto de silencio rindió homenaje a los mártires del Holocausto, representados por el Yad Vashem y diez supervivientes del nazismo.

Emociones a flor de piel, que enternecieron al mismísimo Al Gore quien no contuvo las lágrimas al escuchar las palabras del heredero a la Corona. Don Felipe, además de alabar la lucha contra el cambio climático, se impuso como tarea de futuro: “construir una España cohesionada en torno a la constitución”. El estallido de una bombilla fue toda una premonición… pero pasó inadvertido ante la fuerza de la palabra y la revolución de la conciencia.

El escritor Amos Oz, recordó la tragedia árabe-judía e invocó paz entre Israel y Palestina. Mensajes de esperanza que se alternaban con críticas al multimillonario ecologista. En la calle el más aplaudido era Schumacher, reconvertido en ídolo de la marea azul. Hasta Fernando Alonso celebró emocionado la presencia de su ex rival.

Homenaje a una futura reina

Durante la visita a Asturias doña Letizia recibió el título de Hija Predilecta de Oviedo. En su discurso declaró “amor por España entera”. Todo estaba perfectamente medido, hasta el atuendo; un modelito que Felipe Varela confeccionó para estrenar el Día de la Hispanidad. El príncipe siguió sus palabras ensimismado y al terminar la felicitó con dos besos. Durante la velada, celebrada el pasado miércoles, estuvo arropada por su abuela Menchu y su tía Henar. El acto se desarrolló bajo una consigna de discreción “sólo para simpatizantes” y con un “check list” básico: banderas, gaitas y maceros. Fuertes medidas de seguridad con intervención del presidente Areces, y al alcalde de Oviedo Gabino de Lorenzo, que reafirmaron el compromiso de Asturias con la Corona.

Buffet con fabada, salmón, pastel de cabracho, rape alangostado y roast beef; exquisiteces regadas con ‘vino de la casa’. Todos hacían conjeturas sobre el origen del misterioso caldo decantado con sigilo en la cocina. Las malas lenguas cuchicheaban: “Sólo puede ser un vino de los Masaveu…, y en la mesa principesca seguro que sirven un Gran Reserva porque entre la jet también hay clases”. No hay que olvidar que era la entrega de los Premios Príncipe de Asturias.

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