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El sacrificio de Charlene Wittstock
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El sacrificio de Charlene Wittstock

El verano del año 2000 fue uno de los mejores en la vida de la surafricana Charlene Wittstock. Aquel año, la nadadora participó en los Juegos

Foto: El sacrificio de Charlene Wittstock
El sacrificio de Charlene Wittstock

El verano del año 2000 fue uno de los mejores en la vida de la surafricana Charlene Wittstock. Aquel año, la nadadora participó en los Juegos Olímpicos de Sydney y consiguió alzarse hasta el quinto puesto, obteniendo un diploma olímpico. Este 2008 las cosas han sido muy distintas y ha tenido que ver los toros desde la barrera o, en su caso, la piscina desde las gradas del Centro Acuático Nacional de Pekín.

La pareja real formada por Wittstock y el príncipe Alberto III de Mónaco ha asistido a bastantes eventos deportivos relacionados con la natación, en los que la sonrisa exultante de la estrella de la competición, la del estadounidense Michael Phelps, contrasta con la seriedad de Charlene en muchas de las instantáneas que llegan desde Pekín.

En los más de dos años de relación pública entre el jefe de Estado y la nadadora, Charlene no ha renunciado por completo a la actividad deportiva (el año pasado recuperó su título de campeona surafricana en los 50 metros espalda, perdido tres años antes), pero lo cierto es que las lesiones por un lado y su cada vez mayor vinculación con el titular de la dinastía Grimaldi por otro han acabado por dejarla fuera del gran sueño de un deportista, es decir participar en unos Juegos Olímpicos.

Charlene lleva tiempo afirmando que su retirada de la competición está próxima, y de hecho ha asegurado que su tarea de cara al futuro serán las causas humanitarias y los proyectos de cooperación con el desarrollo, pero de su boda con el príncipe reinante del pequeño estado europeo sigue sin saberse nada de nada. Puede que sus adustos y forzados gestos durante los Juegos Olímpicos sean un signo de su frustración por no poder participar en las competiciones: mientras ella ha dejado de lado su carrera, Alberto no ha hecho lo propio con su recalcitrante soltería. ¿Cuánto tiempo más aguantará así?

El verano del año 2000 fue uno de los mejores en la vida de la surafricana Charlene Wittstock. Aquel año, la nadadora participó en los Juegos Olímpicos de Sydney y consiguió alzarse hasta el quinto puesto, obteniendo un diploma olímpico. Este 2008 las cosas han sido muy distintas y ha tenido que ver los toros desde la barrera o, en su caso, la piscina desde las gradas del Centro Acuático Nacional de Pekín.