Guillermo, sin compromiso ni boda

Gran Bretaña no se engalanará para una boda real de momento. Y es que, según la prensa inglesa, el ‘sí quiero’ de Guillermo y su novia Kate Middleton no está tan cerca como la gente piensa. Tanto los interesados como sus admiradores tendrán que esperar por lo menos dos años para verlos pasar por la vicaría. Mientras, Isabel II se desespera viendo a la novia real sin oficio ni beneficio de fiesta en fiesta. No le gusta su poca afición al trabajo.

 

Una boda real no se puede improvisar. Según el diario News of the world, la pareja tendrá que esperar para obtener su certificado de boda. Para llevar a cabo un enlace de este tipo son necesarios por los menos 18 meses de gestiones. Y es que la pareja debe obtener tanto el visto bueno de la familia como del Gobierno de turno antes de empezar a pensar en los preparativos. Vamos, que todo lleva un trámite burocrático que hay que cumplir.

“Hay que informar formalmente a muchos personas con un alto rango. Por mi experiencia, no puede haber un compromiso entre el príncipe y la señorita Middleton antes de 18 meses”, ha confesado un antiguo trabajador real. De momento, la pareja sigue con su vida. El pasado fin de semana permitieron que les fotografiaran juntos en una boda en Austria, una instantánea que vale su peso en oro ya que no comparten plano desde tiempo.

Por otro lado, el retraso oficial de la boda puede minar el ánimo de la reina. Y es que en los últimos meses, Isabel II se ha quejado del tren de vida de la novia de su nieto. Desde hace casi un año Kate no tiene empleo. La joven abandonó la empresa de moda en la que prestaba sus servicios. A parecer Middleton se dedica a ayudar en la compañía de sus padres especializada en fiestas. Sin embargo, la soberana considera que se está cultivando una fama de vaga que no cuadra con la familia real británica.