Las ostras del Príncipe Carlos son dañinas para el medio ambiente

A pesar de que siempre ha apoyado de forma oficial el cultivo ecológico y el cuidado del medio ambiente, el Príncipe Carlos se enfrenta ahora a la dura acusación de estar causando un daño ambiental por parte de los ecologistas. Dicen los activistas que la granja que el heredero de la corona británica posee en Lower Fal y Helford (Cornualles) está dañando la biodiversidad de la zona.

No se trata de sus vacas, ni de sus ovejas, sino de las ostras que cultivan en esa propiedad de quien es también duque de la zona. La abogada Kate Harrison, en declaraciones recogidas por el Daily Telegraph, explica que en la granja hay una variedad de ostras originarias del Pacífico, lo que no es compatible con el ecosistema de la zona. Según Harrison “las ostras traídas del pacífico pueden dañar la biodiversidad en esta agua, incluyendo a los mejillones”.

La letrada denuncia que los investigadores que están evaluando la zona de forma particular están especialmente preocupados porque la granja del Príncipe está construida en un área de conservación. Comenta Harrison que el gobierno del ducado de Cornualles acepta que no haya existido un análisis de la zona, pero “mantienen que no son responsables”, añade la abogada. Michael Burton, un empresario jubilado procedente de la zona, afirma estar preparado para iniciar acciones legales, que ayudará a descubrir cómo está la zona.

La historia ha saltado a la luz justo la misma semana que el documental The end of the line (El final de la línea). La película ha sido realizada por Charles Clover, quien co-escribiera Highgrove: el retrato de un estado, sobre la entrada del Príncipe Carlos en el mundo de la agricultura ecológica. El documental, por su parte, alerta sobre los problemas que en un futuro cercano afectarán a nuestros mares. Según El final de la línea, tendremos serios problemas con los niveles marítimos y el pescado. Si no hacemos algo, podría estar cerca de su fin en 2048.