¿Cuál será la próxima boda real?

Aunque escasean los príncipes y princesas casaderos en Europa, los pocos que aún no han pasado por la vicaría viven bajo una constante lluvia de preguntas por parte de los medios sobre su vida de pareja. Tal es el caso de Alberto de Mónaco, cuya relación con la nadadora sudafricana Charlene Wittstock está siempre en el punto de mira.

Hace unos días fue el propio príncipe monegasco quien hizo referencia a su situación cuando el diario Le parisien le preguntó si tenía intención de contraer matrimonio y él respondió con calma que "un día sí, pero ese día no ha llegado". Esta respuesta, junto al hecho de que Wittstock está prácticamente desaparecida del panorama social monegasco indica que la novia, después de casi tres años de relación, no será la próxima en vestirse de blanco en las realezas europeas.

El caso de Kate Middleton parece bien distinto. Guillermo de Inglaterra y su novia sí que se postulan como firmes candidatos a casarse dentro de poco tiempo. Tanto es así que algunos marcaban el verano de 2010 como la época en la que la pareja contraería matrimonio. Dada la cercanía de la fecha no parece probable que elijan el próximo verano para casarse pero sí avanzan lentamente hacia el altar.

Aunque por parte de la Casa Real británica no ha habido ni anuncio de compromiso entre el hijo de Lady Di y Middleton, ni tan siquiera una confirmación que oficialice a la pareja, la novia del segundo en la línea de sucesión del trono inglés comienza a entrar poco a poco en la familia. La joven ya ha tenido su primer encuentro con la reina y comienza a tener su propia agenda con actos institucionales.

Enrique, el hermano pequeño de Guillermo, está bastante más lejos de casarse. Pese a todo, vuelve a tener pareja estable tras un periodo de separación. Su relación con la sudafricana Chelsy Davy parece ir viento en popa, y así lo dejaron ver en un programa de televisión al que acudieron como público.

Sea como fuere, aunque entre los ingleses y los monegascos no haya visos de un nuevo enlace, en Suecia ya preparan dos bodas. La primera será, como mandan los cánones, la de la princesa Victoria, heredera del trono, con Daniel Westling. Su amor tuvo que superar varias pruebas, entre ellas olvidar su origen plebeyo y obtener el visto bueno de los reyes Carlos Gustavo y Silvia, que ahora se deshacen en elogios hacia el futuro marido de su hija.

La segunda boda será la de la princesa Magdalena, hermana pequeña de Victoria, con el abogado Jonas Bergström. Los monarcas suecos ya han dado su consentimiento y la pareja se ha prometido, aunque aún falta por confirmar la fecha de la boda, que será, con toda seguridad, después del 19 de junio de 2010, día en que Victoria pasará por la vicaría en Estocolmo.