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Brotes verdes en la boda de Victoria de Suecia
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Brotes verdes en la boda de Victoria de Suecia

Los especialistas económicos ya prevén la repercusión que la boda de la heredera a la Corona de Suecia, la princesa Victoria, tendrá en las arcas del

Foto: Brotes verdes en la boda de Victoria de Suecia
Brotes verdes en la boda de Victoria de Suecia

Los especialistas económicos ya prevén la repercusión que la boda de la heredera a la Corona de Suecia, la princesa Victoria, tendrá en las arcas del estado escandinavo. Organizar una boda del calado que la de la princesa y su prometido, Daniel Westling, plantea, supone una gran inversión para el país al que, como en otras nupcias reales a lo largo y ancho del viejo continente, repercutirá beneficiosamente.

La maltrecha economía de Suecia recuperará el pulso de la bonanza gracias a los más de 230 millones de euros que la boda de su heredera generará. En Estocolmo, su alcalde, Sten Nordin, ya ha organizado una campaña que lleva por nombre 'Love Stockholm 2010' para la ocasión; toda una campaña de marketing para atraer turistas, que se encontrarán con exposiciones virtuales a pie de calle, los detalles y souvenirs más deseados sobre las nupcias…Una partida de 14 millones de coronas (un millón y medio de euros) servirá también para restaurar la catedral de Estocolmo, donde tendrá lugar la ceremonia. Aunque no todo es bueno y maravilloso. Las grandes acumulaciones de gente también causan estragos.

En España todo el mundo recuerda la atracción de curiosos y turistas patrios que supuso la boda de Lolita y Guillermo Furiase. Autobuses venidos desde todos los puntos del país, la Iglesia hasta los topes y, como colofón final, la mítica frase ‘si me queréis, irse’, que entonó Lola Flores, y que quedó para la posteridad, al igual que la boda de la infanta Elena y Jaime de Marichalar.

La primogénita de la Primera Familia no invitó a ‘todo el mundo’ como hiciera la hija de ‘la faraona’ días antes de su enlace, pero millones de sevillanos se lanzaron a las calles para acompañarla en un día tan importante. El 18 de marzo de 1995, la capital hispalense se vestía de largo después de muchos años sin presenciar una boda real y, como ocurriese con la mayor de los Flores, hubo gente que se quedó con las ganas de rozar más de cerca el acontecimiento histórico.

Las crónicas de la fecha reflejan el enfado de algunos ciudadanos ante el cambio en el itinerario del recorrido de los novios, que no llegaron a la Puerta de Jerez como estaba previsto. El malestar fue tal que algunos de ellos arrancaron varias de las banderas que decoraban la ciudad andaluza.

Nueve años más tarde,en Madrid, y con motivo de la boda de los príncipes de Asturias, se volvió a repetir la hazaña. Arreglos florales, gallardetes, pedazos de la alfombra roja… No había motivo aparente que justificase aquellas acciones. Sólo cabe pensar que todo el mundo esperaba que Letizia besase desenfrenadamente al príncipe y al no hacerlo, aprovecharon y ‘saquearon’ la ciudad. ¿Ocurrirá lo mismo con la princesa Victoria de Suecia? ¿Será igual de recatada que la princesa Letizia al besar a su ex entrenador personal,  Daniel Westling, y futuro esposo?

 

 

Los especialistas económicos ya prevén la repercusión que la boda de la heredera a la Corona de Suecia, la princesa Victoria, tendrá en las arcas del estado escandinavo. Organizar una boda del calado que la de la princesa y su prometido, Daniel Westling, plantea, supone una gran inversión para el país al que, como en otras nupcias reales a lo largo y ancho del viejo continente, repercutirá beneficiosamente.