La Reina Sofía compra vuvuzelas para sus nietos

La imagen de la reina, con su vestido rojo y su echarpe con los colores de la bandera española y aplaudiendo entusiasmada ante la victoria de la selección, es la mejor representación de la monarquía y su mejor publicidad. Como el papel institucional se da por hecho y lo fija la Constitución, los reyes y sus hijos no deben olvidar que también es importante cuidar otros aspectos más lúdicos, donde su presencia es obligada.

En la victoria de Nadal en Wimblendon no hubo ningún miembro de la Primera Familia y llamó la atención. Por eso, la presencia de Doña Sofía, aunque sea en solitario, es de agradecer. Sobre todo, porque era la reencarnación de Gary Cooper en Solo ante el peligro. La falta de calor humano de sus compañeros de palco era tan alarmante que los responsables de protocolo deberían haberlo previsto. Ya que ningún hijo la acompañaba en estas vivencias futboleras, al menos que hubiera estado cerca Manolo, el del bombo, para compartir su alegría y la victoria española con un compatriota.

Doña Sofía, que voló a Sudáfrica en avión oficial acompañada por presidentes y directivos de distintas federaciones de futbol, disfrutó del viaje charlando y comentando las posibilidades de la victoria de la Roja. La mayoría de ellos se enteraron que Sudáfrica fue el primer país de acogida, cuando su padre el Rey Pablo tuvo que exiliarse de Grecia. Cuando llegó, quiso saludar a la selección pero le dijeron que no era posible.

La concentración era indispensable y Del Bosque no quería que nada ni nadie descolocara a sus chicos. Después sí lo hizo. Al día siguiente, doña Sofía se fue de compras. Y como si fuera una turista cualquiera compró pongos (¿dónde lo pongo?) en forma de souvenirs variados. Y, por supuesto, no se olvido de las vuvuzelas para sus nietos.

Los duques de Palma se libran porque están lejos. No así la infanta Elena y los príncipes de Asturias, que renegaran del regalito de la abuela hasta la saciedad. ¿Se imaginan la cara del heredero y su mujer cuando sus niñas recorran la Casa de Asturias a golpe de vuvuzela?. Leonor ya tiene experiencia con la pandereta y, por lo tanto, manejar la trompeta africana será pan comido.