El Príncipe Felipe se va a los toros y Letizia se queda en casa

Como ocurre en muchas familias, y la del Rey no iba a ser menos, las afinidades entre sus miembros suelen ser motivo de unidad y también de incompatibilidad manifiesta.

En los temas deportivos no hay discrepancias y todos, incluidos los nietos, mantienen la misma línea editorial, salvo la princesa Letizia, a la que no la gusta esquiar y mucho menos regatear. Considera que el mar es la playa y sirve para bañarse y si tiene que elegir se queda con el Cantábrico antes que con el Mediterráneo. Y como las playas nacionales ya no son aptas para ella y sus niñas, se marcha fuera, con lo cual se desconoce si hay variación en sus gustos.

En cambio, la nuera real sí coincide con la consorte titular en determinadas querencias. Ni a ella ni a la Reina le gustan los toros. En el caso de doña Sofía, las pocas imágenes que existen de ella en las plazas son de cuando era princesa. De reina ejerciente ni tan siquiera acude a novilladas benéficas.

En el caso de doña Letizia, sus visitas a las plazas de toros son muy escasas y siempre acompañando a su marido. Ni le gustan ni tiene afición. 

Esta tarde no estará en Las Ventas, donde se celebra la corrida de la Beneficencia con un cartel de lujo: Juan Mora, Morante de la Puebla y El Juli lidiarán toros de la ganadería madrileña de Victoriano del Río. Salvo excepciones, siempre ha estado presidida por el Rey que, esta vez,  por motivos obvios tras su reciente operación de rodilla, no está para subir y bajar escalones. En su lugar, veremos disfrutar al Príncipe en solitario de un tarde taurina. Doña Letizia prefiere quedarse en su palacio ejerciendo de ama de casa con sus niñas. 

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