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La estricta educación de doña Letizia a sus hijas
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La estricta educación de doña Letizia a sus hijas

Prohibido llorar en público y aceptar regalos, películas en versión original, clases de chino, de inglés protocolario, de gallego, euskera y catalán, uniforme en el colegio y

Prohibido llorar en público y aceptar regalos, películas en versión original, clases de chino, de inglés protocolario, de gallego, euskera y catalán, uniforme en el colegio y lecciones de historia de España y de los Borbones. No, no se trata de la férrea disciplina de un estricto internado, sino de la educación que, cada día, reciben tanto la futura reina de España, la infanta Leonor, como su hermana Sofía.

Para empezar, la princesa de Asturias se ha empeñado en que sus hijas dominen el inglés, un idioma que, en su momento, entrañó cierta dificultad para doña Letizia en el ámbito protocolario. Además de frecuentar cines que proyectan películas en versión original, la Familia Real es aficionada a ver largometrajes de esta índole en el Palacio de la Zarzuela. De ello da cuenta la revista Vanity Fair, que este mes desgrana en un amplio reportaje de Alberto Pinteño cómo transcurre el día a día de los Príncipes y sus hijas.

Además de la lengua de Shakespeare, las infantas reciben clases de chino, de historia de España y de los Borbones, y su madre hace hincapié en que también dominen las lenguas oficiales de España: gallego, euskera y catalán. Precisamente en esta última suelen cantar junto a su tía Telma Ortiz.

Un colegio fuera de lo común

Caso aparte es el del colegio en el que ambas estudian, Santa María de los Rosales -en el que en su día estudió el Príncipe. Hasta ese lugar, blindado con un muro levantado no hace mucho y numerosas cámaras de seguridad así como escoltas vigilando continuamente, acuden con uniforme y permanecen allí tantas horas como sea preciso debido a la apretada agenda de sus progenitores. 

Un centro que, aunque estricto y muy exquisito, no goza, sin embargo, del suficiente agrado de doña Letizia. La publicación recoge que en alguna ocasión ésta ha hecho referencia a que el resto de primos de las infantas estudia en mejores colegios. Y es que además de un coste considerable, Santa María de los Rosales cuenta con un extremadamente complicado procedimiento de ingreso.

Las aficiones de las infantas

Leonor y Sofía, han aprendido bien la lección, por expreso deseo de su madre, de que no se debe llorar en público ni aceptar regalos. Para dar carta de normalidad, en la medida de lo posible, a la vida de sus hijas y acercarlas al mundo real Letizia obliga a éstas a dedicar su tiempo libre a bucear en Internet y a la tecnología. En el caso de la benjamina, sus padres estarían fascinados por su dominio de la informática, según la revista, que relata que en el último cumpleaños del heredero al trono su hija pequeña le habría regalado un iPod con una lista de canciones entre las que se encontraría el himno español, que Leonor, futura reina de España, prefiere pasear a los perros o cocinar con su madre.

Los esfuerzos de sus padres por inculcarles el amor por la vela y por el ballet parecen, por el momento, infructuosos. Algo que no ocurre con el estilo de vida sencillo. Y es que la Princesa de Asturias, empeñada en que no llamen alteza a sus hijas, organiza rutas de senderismo de vez en cuando. En otras ocasiones, se encarga de que sus hijas aprendan a cocinar.

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Leonor Watling Fundación Reina Sofía