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Los Borbones, una familia desestructurada
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Los Borbones, una familia desestructurada

El accidente de Froilán ha vuelto a poner de manifiesto las peculiares relaciones afectivas que mantienen los miembros de la Primera Familia. Desde que el niño

Foto: Los Borbones, una familia desestructurada
Los Borbones, una familia desestructurada

El accidente de Froilán ha vuelto a poner de manifiesto las peculiares relaciones afectivas que mantienen los miembros de la Primera Familia.

Desde que el niño ingresó en la clínica Quirón, la pregunta que se hacían los medios era dónde estaba el Rey y por qué no visitaba al que dicen es su nieto preferido. El gabinete de comunicación echaba balones fuera y daba largas sin concretar día y hora porque la semana pasada la agenda institucional estaba vacía y, por lo tanto, no tenía justificación la invisibilidad de Su Majestad.

Vanitatis dio la clave al informar en exclusiva que el abuelo se encontraba cazando en Botsuana acompañado de su grupo de amigos. Pero lo peor vino después, cuando se ha sabido que el Jefe del Estado llegó a España de su safari cinegético este viernes directamente para que le opere el doctor Villamor. Y es entonces cuando el percance del nieto se suma a este accidente, que demuestra que en la Casa Borbon cada uno va por su lado.

La Reina en vez de quedarse al lado del enfermo se ha marchado a Grecia, y no volverá hasta el lunes. Un viaje que podría tener cierto paralelismo con otra huida con destino a la India. Según se cuenta en varias biografías, doña Sofía, enfadada por lo que se suponía un desliz de su marido, cogió a sus tres niños y voló junto a su madre la Reina Federica, que vivía su momento nirvana con su gurú particular.

Este desplazamiento al país heleno ha llamado la atención porque hasta ahora doña Sofía mantenía las formas. Lo hizo estas navidades cuando tuvo que unir en una cena de Nochebuena a lo que a estas alturas parece difícil de juntar.

Los príncipes van por libre y se tratan lo justo con la infanta Cristina, que nunca entendió por qué su hermano querido se casaba con la periodista. Y si en un principio procuró mantener cierta cordialidad, ésta desapareció con los detalles mandones de la cuñada.

Una vez que se hizo público el caso Palma Arena, con la posible implicación delictiva del duque, el heredero y su mujer hicieron punto y aparte. El príncipe no justificaba el viaje de su madre a Washington y tampoco la fotografía con el imputado Iñaki.

En aquel momento, se llegó a decir que esas fotos fueron permitidas por doña Sofía y que al ser portada de la revista Hola tenían otra interpretación subliminal. No hay que olvidar que el Rey envió a su yerno a los confines del mar cuando interpretó que los negocios del deportista podían hacer mucho daño a la institución.

La única que parece haberse convertido en el punto convergente es la infanta Elena. Se lleva de cine con su padre, con la Reina mantiene los lazos afectivos de madre e hija, y ha sido el paño de lágrimas de los duques de Palma.

A día de hoy, la familia Borbon y sus historias personales no tendrían nada que envidiar a los líos que aparecen en cualquiera de los realitys televisivos donde familias desestructuradas hacen catarsis.

El accidente de Froilán ha vuelto a poner de manifiesto las peculiares relaciones afectivas que mantienen los miembros de la Primera Familia.