Otro desafío de Iñaki Urdangarín al Rey

La decisión de Iñaki Urdangarin de no volver a Washington e instalarse con la infanta Cristina y sus hijos en el palacete de Pedralbes parece un nuevo desafío a la Casa Real. Otro más que añadir a la lista de desplantes que se inició este verano con su llegada estelar a España y que continuó con la negativa a que sus hijos estuvieran con su abuela y sus primos Marichalar en Marivent. Después le seguirían sus días de playa en Bidart, lanzando el mensaje subliminal de “aquí no ha pasado nada”, para ahora cerrar el ciclo de prepotencia anunciando a su suegro que no vuelve a Washington porque no le da la gana.

Y que además, por si hay alguna duda de su reto, abre de nuevo el palacete de la discordia. Una casa que se convirtió en polémica desde el mismo momento en que se supo públicamente que los Duques habían pagado por ella siete millones de euros. Una cantidad a la que, por cierto, habría que añadir la reforma también millonaria. Pedralbes fue para Urdangarin, lo que Xanadú para Ciudadano Kane. En la documentación de la policía judicial que aparece en el sumario que instruye el juez Castro hubo al menos 80.000 euros que provenían de instituciones públicas, y que supuestamente el ex jugador de balonmano desvió para remodelar la vivienda.

Por eso, la decisión del yerno real y su esposa no sólo llama la atención sino que aparentemente parece una provocación en toda regla que, como aseguran a Vanitatis, ha molestado sobremanera al titular de la familia y también al príncipe.

Historial judicial complicado

A partir de septiembre a Iñaki Urdangarín se le complica mucho más su historia judicial con el consiguiente revuelo mediático. Es decir, cada vez que salga de su casa, vaya a recoger a sus hijos o acuda al despacho de su abogado tendrá detrás a la prensa a la que deberá atender, a no ser que utilice la escolta (Fuerzas de Seguridad del Estado que pagan todos los españoles) como parachoques.

Las fuentes consultadas por este portal aseguran además que otra de las razones para regresar a España es estar más cerca de su madre, que sigue considerando que “mi hijo es inocente, le han engañado poniéndole señuelos”. Otra versión de este aparente desafío es enviar un aviso a quien pretenda desestabilizar su matrimonio con filtraciones sobre supuestas amistades femeninas peligrosas antes de poner rumbo a Washington. De hecho, ya en su día, Inteviu publicó que el CNI había investigado y vigilado a una señorita rusa que tuvo contactos con el duque por si pertenecía a los servicios secretos, y que pretendíaun acercamiento a la Institición.

Sea como fuera, el caso es que este cambio de estrategia no favorece en absoluto a la estabilidad de la Institución, sino todo lo contrario. Cada vez que haya una celebración familiar o la duquesa de Palma tenga que cumplir con sus papel de infanta ¿quién estará a su lado?: ¿El jefe del Estado? ¿La reina en su calidad de reina? ¿Los príncipes?