La estrategia de los duques de Palma pasa por la austeridad: coche viejo y casa en las afueras

La austeridad como clave maestra. Aunque se ha afirmado que la razón por la que los duques de Palma han puesto a la venta su palacete de Pedralbes es económica, para hacer frente a la posible fianza impuesta por el juez a Iñaki Urdangarin, parece que la estrategia seguida por la infanta Cristina y su esposo tras su desembarco definitivo en España pasa por mostrarse austeros ante los súbditos de la Corona.

Este fin de semana ha comenzado la mudanza. Los duques abandonan su palacete de 622 metros cuadrados habitables (2.140 de parcela), adquirido en su momento por unos seis millones de euros, y mayor símbolo del alto nivel de vida de sus propietarios, para alquilar un chalet mucho más modesto situado a las afueras de Barcelona.

Pero no solo eso. Ahora se dejan ver por la ciudad con un Golf que la infanta conducía hace casi veinte años. Más allá de los grandes desembolsos a los que la justicia podría obligar a la familia, parece que los duques han optado por mostrar una imagen sobria a la opinión pública, alejada de la que las sucesivas informaciones de estos últimos meses han creado en el imaginario colectivo.

No en vano, y según adelantaba Vanitatis el pasado fin de semana, los duques están contando para este menester con la ayuda de varios asesores de imagen y también con la opinión de Casa Real, pues ha trascendido que el duque visitó Zarzuela en varias ocasiones durante el mes de Julio, con el Rey dentro de Palacio, justo antes de tomar todas estas decisiones, incluida su renuncia al cargo en Telefónica y a su desorbitado sueldo, otro signo más de austeridad.

De momento, y a la espera de establecerse definitivamente en su nuevo hogar, la infanta volvía este lunes a su trabajo en La Caixa, mientras su esposo sigue preparando su defensa de cara a la reanudación del proceso judicial que le afecta.