El rey y el conde de Godó escenifican su 'reconciliación' en Barcelona

A Don Juan Carlos y a su íntimo amigo Javier Godó les separan muchas cosas que hacen que su reconciliación se haya complicado por momentos. Este martes por la tarde ambos protagonizaban un esperado reencuentro, el primero después de que las tensiones hicieran mella en su relación durante los últimos meses a causa de los pequeños desaires que la Casa Real ha dirigido a la familia Godó. Barcelona era el lugar elegido para escenificar la reconciliación de una estrecha amistad que se ha visto resentida en los dos últimos años.

Este martes las aguas parecían volver a su cauce, al menos aparentemente a juzgar por las instantáneas, en el mismo momento en el que don Juan Carlos era recibido en Barcelona por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, Màrius Carol (directivo de la Fundación Conde de Barcelona y del grupo Godó) y el propio Javier Godó. El rey acudía a presidir la entrega de la cuarta edición del Premio Internacional Conde de Barcelona concedido al cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de su Santidad. Un galardón otorgado por la Fundación Conde de Barcelona, constituida por el diario La Vanguardia y vinculada por tanto al grupo Godó. Precisamente don Juan Carlos es el presidente de la Fundación, mientras que Godó ocupa la vicepresidencia.

Tras saludar a la comunidad religiosa, pronunciar un discurso con partes en catalán aludiendo a la "gravedad de esta etapa histórica" y cerrar un acto amenizado con música de Haendel y culminado con la habitual copa que sigue a este tipo de eventos, don Juan Carlos pudo intercambiar unas palabras con su amigo, con el que parece haber solucionado (al menos de cara a la galería) parde de las diferencias que han marcado su relación en los últimos tiempos y que el propio gabinete de comunicación del conde se empeña en negar en comunicación con Vanitatis.

Desavenencias políticas

La última de las desavenencias entre los dos amigos tiene que ver con la política, sobre la que mantienen distintos pareceres y que se ponía de manifiesto este mismo martes. Mientras que Godó es la cabeza visible de La Vanguardia, considerado valedor del nacionalismo y de CiU, la posición de don Juan Carlos está clara, máxime con la carta que publicó en la web de Casa Real hace poco más de una semana, llamando a la unidad de los españoles.

Por esta razón, tampoco es de extrañar que durante el acto, celebrado en el Real Monasterio de Santa María de Pedralbes y el primero en el que coincidían el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y don Juan Carlos tras la referida misiva, sólo propiciara un mero saludo protocolario entre ambos. Cero conversación. Tampoco ha existido fuidez con el expresidente Jordi Pujol ni el alcalde de Barcelona Xavier Trias, entre otros invitados.

Molesto por los 'desplantes'

Lo cierto es que la familia Godó en general y el conde en particular no estaban especialmente contentos con el reciente comportamiento de don Juan Carlos. La falta de sintonía entre ambas partes se remonta a mucho antes de que se conociera que la infanta Cristina no presidiría, por primera vez en muchos años, el trofeo de tenis Conde de Godó, que se celebró el pasado mes de abril. En aquel momento se sucedieron los problemas de comunicación a causa de las invitaciones cursadas a Zarzuela para asistir al torneo.

Previamente al torneo de tenis, el periódico de Javier Godó -quien en 2008 recibió de manos de su amigo don Juan Carlos la grandeza de España- se quedó al margen de un supuesto trato de favor de la Casa Real para con los diarios El País y El Mundo: les filtró una reunión promovida por Zarzuela entre el monarca y los 17  miembros del Consejo Empresarial de Competitividad. "Qué más méritos hay que hacer" si el comportamiento de La Vanguardia siempre ha sido "impecable" con la Corona, se preguntaba la familia Godó por aquel entonces.

No fue el único desplante por el que se vio afectado el conde de Godó, que hasta el momento solía prestar su casa de Bonanova a don Juan Carlos en sus viajes a Barcelona. Meses antes, el amigo del rey recibía con perplejidad y sorpresa la noticia, a última hora, de la cancelación de un viaje que tenía programado el monarca a la Ciudad Condal para visitar el Salón Náutico y el Museo de Arte Contemporáneo, sobre el que los Godó ejercen su mecenazgo. La explicación oficial respondía a la convalecencia del rey tras su intervención del talón de Aquiles, pero lo cierto es que ese día las sedes del Instituto Nóos y la trama de empresas vinculadas a Iñaki Urdangarin estaban siendo registradas.

Pero el origen de la tensa relación que ha provocado que la estrecha amistad de ambos se resienta no es otro que un suceso ocurrido hace un par de años. Tal y como relata Pilar Eyre, don Juan Carlos pidió entonces a su amigo que acogiera en su casa de Bonanova una cena con unos 30 financieros rusos. La ayudante del rey, una tal C, fue la encargada de organizarlo, pero al parecer se olvidó de incluir entre los invitados al dueño de la casa, que se retiró ojiplático a sus habitaciones, algo que desmienten desde su gabinete de comunicación. "¿Cómo no va a tener abierta la puerta de su propia casa?", replican.