El príncipe Felipe sorprende a los madrileños con un solitario paseo por el centro de Madrid

El príncipe de Asturias lo ha vuelto a hacer. Como ya ocurriera el pasado año, don Felipe salía esta mañana del Palacio de la Zarzuela dispuesto a realizar un tour por Madrid que le ha llevado hasta tres puntos de la ciudad: los mismos en los que se encontraban su madre, su esposa y su hermana mayor presidiendo sendas mesas de cuestación con motivo del Día de la Banderita.

El benjamín de los reyes se ha dado un baño de multitudes por las calles de la capital en una visita que repite por segundo año consecutivo. Pasadas las 12:30 del mediodía, el príncipe de Asturias llegaba conduciendo su propio vehículo a la mesa presidida por la reina Sofía, ubicada en los alrededores del Congreso de los Diputados, en la Carrera de San Jerónimo. Allí, tras saludar con dos besos a su madre, que se mostraba sorprendida por la presencia de su hijo, hacer un donativo y atender a los curiosos que allí se agolpaban y deseaban fotografiar al futurible rey, don Felipe puso rumbo a la Puerta del Sol, en un recorrido a pie.

Fue precisamente en esta plaza, en la que su hermana Elena presidía otra de las mesas, donde se produjo la anécdota del día. La llegada del príncipe, prácticamente solo, a la Puerta del Sol causó expectación no sólo a los viandantes. Un ciclista se percató de su presencia y trató de cambiar de sentido para poder fotografiarle con su móvil. Pese a las advertencias del propio don Felipe, el ciclista no hizo caso y segundos después perdió el equilibrio y cayó al suelo. El heredero al trono patrio no dudó ni un segundo y se acercó a ayudarle, para posteriormente reiterarle que era "peligroso" y que ya le "había avisado".

Tras hacer su entrega de otro donativo en la mesa de su hermana, el príncipe proseguía su camino, mientras la gente le paraba para saludarle, hasta llegar a la plaza de la provincia. Allí, a las puertas del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, se apostaba la tercera de las mesas, en este caso presidida por la princesa Letizia. El matrimonio se saludó con un cariñoso beso y un abrazo y posó junto para la foto. Don Felipe repetía entonces la escena: donativo, saludos, fotografías... aunque en esta ocasión, con una diferencia, pues un grupo de danza africana decidió amenizar el momento con un baile mientras el príncipe entraba unos minutos al Palacio de Santa Cruz.

La Casa Real se mezcla con el pueblo

Don Felipe parece querer implantar como costumbre la visita a las tres mesas de cuestación que presiden su madre, su hermana mayor y su esposa. Sin embargo, el de este año ha constituido todo un baño de multitudes que la Casa Real se ha afanado en acentuar. Contribuye al cambio de estrategia de Zarzuela, anunciado el pasado verano por Vanitatis, de acercar la Familia Real al pueblo. El príncipe de Asturias se ha mostrado en esta ocasión especialmente atento con los ciudadanos, no ha dudado en hacerse fotografías o pararse a conversar con ellos, además de ayudar a uno de ellos que sufrió un tropezón.

Pero una de los aspectos que más llaman la atención de este día es, sin duda, la actitud de los príncipes de Asturias una vez se han reencontrado en la plaza de la Provincia. Tras saludarse muy sonrientes con un beso, ambos se abrazaban para posar juntos unos minutos ante la prensa y se dejaban hacer fotografías con los viandantes, algo inusual hasta el momento.