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"Don Juan Carlos perdió el miedo atado a un mástil" según el autor de 'El Rey y el mar'
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"Don Juan Carlos perdió el miedo atado a un mástil" según el autor de 'El Rey y el mar'

El rey lee tranquilamente un libro en la cubierta del Satillo. Esa es una de las fotografías con las que se topará el lector de El

Foto: "Don Juan Carlos perdió el miedo atado a un mástil" según el autor de 'El Rey y el mar'
"Don Juan Carlos perdió el miedo atado a un mástil" según el autor de 'El Rey y el mar'

El rey lee tranquilamente un libro en la cubierta del Satillo. Esa es una de las fotografías con las que se topará el lector de El rey y el mar, un libro pionero porque narra, por primera vez, la especial relación que don Juan Carlos ha mantenido con el mundo naval. Su autor, Ignacio Gómez-Zarzuela Ros,  ya escribió hace unos años sobre el Bribón, seguramente la embarcación que todo el mundo relaciona con don Juan Carlos y sus vacaciones en Mallorca. Pero aquel volumen solo fue un ilustre precedente de este libro que, según cuenta su autor a Vanitatis, muestra una narración sobre el rey “desde una nueva visión”.

La historia del libro comienza con esa escritura sobre el Bribón, que fue regalada al rey dentro de una lujosa encuadernación. Gómez-Zarzuela, que siempre ha escrito sobre el mundo de la vela en Marca, vio cómo el monarca regalaba aquel lujoso volumen a algunos de sus mejores amigos. “Era un libro complicado a la hora de ampliarlo o hacer una edición que fuese más allá de los cien ejemplares, sobre todo por ser bastante caro. Por eso quisimos hacer uno nuevo y más amplio”, asegura hablando siempre en plural de un libro en el que, a pesar de ser él el autor, han estado implicadas muchas otras personas que le han ayudado en su investigación.

Y esa investigación comienza con el mismísimo Alfonso XIII, germen de esa pasión que sintió don Juan y que acabó contagiando a ‘Juanito’ como se le llamaba al rey en sus años mozos y como prueba la firma de muchas de las fotografías inéditas que incluye este libro. “Don Juan fue el responsable de inculcarle a su hijo el amor por el mar. Más que un regatista, era un navegante puro y duro y eso lo puedes ver en algunas fotografías donde está en cubierta atando cabos. Era una persona que se sentía más cómoda en el mar que en tierra”, afirma Gómez-Zarzuela.

Lo que a muchos sorprenderá es la relación, el nexo existente entre muchos de los acontecimientos de la vida de don Juan Carlos y el mundo de la navegación. Y no solo de él, sino de sus antepasados. Lo dice el autor de este ‘rey y el mar’ que pretende revelar datos desconocidos: “Los barcos han sido testigos de momentos muy importantes en su vida. Franco y don Juan fueron a verse en embarcaciones para hablar del futuro del por aquel entonces príncipe. Franco fue en el Azor y don Juan en el Satillo”.

El rey y la reina también se conocieron a bordo de un barco, el Agamenón, en un crucero organizado allá por 1958. Pero mucho antes y como recoge el libro, aquel príncipe ‘Juanito’  navegó en el  Girimiri: “Ese fue el primer barco en el que navegó. Sin embargo, donde aprendió a navegar fue en el Saltillo, a finales de los años 40”, asegura Gómez-Zarzuela insistiendo en que jamás ha estado presente ninguna intención de juzgar al monarca en una época en la que lo que le sobran son precisamente juicios ajenos sobre él y sobre el estado de la monarquía.

Ese es quizá el gran reto de un libro que, al contrario que otros, no escarba en las intimidades de la Familia Real: “Todo fue sobre ruedas con la editorial RBA porque les atrajo que nadie hubiese escrito sobre el rey con esta visión. Mi intención era contar un pedazo de la historia del rey, la que tiene que ver con la navegación”. Y en esa historia hay episodios tan apasionantes como aquel en el que, ante una enorme tormenta, el joven príncipe fue atado al mástil del Saltill’ para aprender a tenerle respeto al mar. “Don Juan Carlos perdió el miedo al mar atado a un mástil”, asegura el autor del libro.

Aquella pasión juvenil pronto se convirtió en afición deportiva. Los que más y los que menos han visto, aunque sea a través de la televisión, a un maduro don Juan carlos navegando entre las aguas baleares con el Bribón hasta el año 2009. “Los ‘ronaldinhos’ de la vela estaban a su lado. Era muy bueno”, asegura el escritor. Sin embargo, pese a lo mucho que se ha dicho y escrito sobre el abandono de competiciones como la copa del Rey, en la que ya no participa, para Ignacio Gómez-Zarzuela solo hay una razón posible: “Lo ha dejado por una cuestión física. No podía seguir porque cuando tienes una edad determinada el barco también lo nota”.

A pesar de todo, la afición continúa con el príncipe, que ha prologado el libro y que también puede que vea en el mar una válvula de escape de las muchas tensiones que los Borbones tienen que dirimir en tierra desde hace unos cuantos meses. Si el Saltillo o el Bribón pudiesen hablar ...