El sobrino de Urdangarin, de mensajero en Aizoon a 'azafato' de pasarela

Jan Gui Urdangarin lleva un par de años ejerciendo de ‘azafato’ en ferias y convocatorias sociales de Barcelona y hasta ahora pasaba totalmente desapercibido. Como lo había hecho en ediciones anteriores, el hijo de Ana, la hermana pequeña del duque de Palma, y del empresario Carlos Gui, formaba también este año parte del grupo de jóvenes que trabajan en la Pasarela 080 de Barcelona, que se inauguró el lunes pasado con el desfile de la firma Mango y a la que acudieron desde el presidente de la Generalitat, Artur Mas, hasta el alcalde Xavier Trias con algunos de sus consellers, pasando por rostros conocidos como Jaime de Marichalar.

Todos pusieron cara de sorpresa, según narran los presentes a Vanitatis, ya que no entendían por qué la prensa fotografiaba a un ‘azafato’ que salía corriendo hacia la zona de prensa para después escabullirse. Era Jan Gui, que fue reconocido por los reporteros y que se vio obligado a esconderse. Una imagen muy parecida a la de su tío Iñaki cuando huyó despavorido en Washington ante las cámaras de los reporteros.

Una vez aclarada la identidad del chico, hubo más de un comentario irónico por parte de los políticos sobre la situación complicada que tenía que asumir el sobrino por las actuaciones del tío Iñaki. Quien no se dio por enterado y no hizo el mínimo comentario fue Jaime de Marichalar.

Un mensajero que no sabe nada

Jan declaró el 19 de enero junto con su hermana Lucía ante el juez Castro, que instruye el ‘caso Nóos’, por haber trabajado como mensajeros para dicha empresa. Afirmó que entregaba sobres sin saber el contenido de los mismos. Ambos fueron fotografiados a la entrada y salida del juzgado y de ahí que los reporteros lo reconocieran en el desfile de Mango, que fue el primero que se celebró en la Pasarela 080. El muchacho no imaginaba el lío que se iba a organizar y una vez pasado el susto volvió a su puesto y parece que continuará trabajando hasta que finalice la pasarela de moda.

Su trabajo consiste en acomodar a la gente dentro de la sala donde se desarrollan los desfiles. Un horario de mañana y tarde que se interrumpe a la hora de comer y que varía dependiendo de las necesidades de la agencia que ha contratado sus servicios. En este caso se trata de la empresa Tote Vignau, que tiene su sede en la calle Balmes y donde se apuntan muchos estudiantes que de esta manera pueden compaginar trabajo y estudios. Jan, como el resto de compañeros, cobra entre nueve y diez euros la hora más una dieta de 15.30 euros. Seguramente el sobrino de Urdangarin nunca pensó que nadie lo identificaría, pero como dice el lema de la empresa Tote Vignau: "Una imagen vale más que mil palabras".