La infanta Cristina, fin de semana en Baqueira con su hermana y de nuevo sin su marido
Más delgada y algo desmejorada. Así ha sido vista la infanta Cristina este sábado y domingo en Baqueira Beret. No estaba su marido, Iñaki Urdangarin, y
Más delgada y algo desmejorada. Así ha sido vista la infanta Cristina este sábado y domingo en Baqueira Beret. No estaba su marido, Iñaki Urdangarin, y con este ya son tres los fines de semana consecutivos que el matrimonio pasa por separado. Pese a esto, fue el propio duque el encargado de acercar a su esposa y sus hijos hasta la residencia propiedad del Rey ubicada en la urbanización de La Pleta, enclave que la Primera Familia utiliza cada vez que desea practicar el esquí. Todos salieron del palacete de Pedralbes con destino al Valle de Arán el viernes en un monovolumen, pero Iñaki Urdangarin desapareció a las pocas horas.
Sin embargo, la hija menor del rey don Juan Carlos no se encontraba sola. Sus cuatro hijos, la infanta Elena y los dos hijos de ésta estuvieron a su lado, según ha podido confirmar Vanitatis. La duquesa de Lugo se ha convertido en uno de los pilares emocionales de su hermana, ahora que el Monarca y el Príncipe le han dado la espalda.
Tres fines de semana separados
Este es el tercer fin de semana que los duques de Palma pasan por separado. El hijo mayor de la pareja, Miguel, practica los sábados y los domingos esquí, ya que está apuntado a un curso cifrado en 700 euros la temporada. Ambos progenitores se van turnando para llevar al pequeño a Baqueira. El paso 26 y 27 de enero fue la Infanta la que se desplazó con él hasta la montaña, mientras su marido desafiaba al Príncipe asistiendo junto al resto de sus hijos a la final del Mundial de balonmano en Barcelona.
Una semana después, tal y como publicó Vanitatis, fue él quien se desplazó con el pequeño a Baqueira, mientras doña Cristina preparaba un viaje a Madrid para seguir recibiendo instrucciones de cara a la próxima declaración de Diego Torres en los juzgados de Palma y tras los acontecimientos que provocaron la imputación del secretario personal de las infantas, Carlos García Revenga.
Sin embargo, y a pesar que los avatares judiciales en los que están inmersos, lo que provoca permanentemente su distanciamiento físico, parece que el matrimonio no ha sucumbido a la presión, como demuestra la última escapada nocturna de ambos: una cena romántica en Barcelona, celebrada el pasado jueves, que fue muy criticada, por producirse en este contexto y porque tuvo lugar en uno de los restaurantes más caros de la ciudad, Vía Veneto, cuyo ticket medio es de 125 euros.
La ‘soledad’ de la infanta Cristina
Desde que se conociese la presunta implicación de su marido en las actividades delictivas que estudia el ‘caso Nóos’, su hermano y su padre adoptaron la difícil posición de apartarla de la Institución que representan. Mucho se ha hablado sobre las posibles medidas que desde la Casa del Rey se han sugerido a la infanta Cristina con el fin de proteger la Corona. Estas irían desde su renuncia al título de Duquesa de Palma, hasta su divorcio de Iñaki Urdangarin -aunque Casa Real negó que se produjesen este tipo de presiones-. Paso que debería dar antes del próximo 16 de febrero y que, por el momento, se niega a realizar.
El duque de Palma está inmerso en la defensa de su inminente declaración ante el juez Castro. Junto a él, en el banquillo de los acusados, estará el secretario de las infantas, Carlos García Revenga, por su labor como tesorero y miembro del patronato de Nóos. Esta nueva imputación habría unido más aún a las hermanas, quienes han crecido bajo el amparo de este hombre de confianza del Rey.
Otra circunstancia que las infantas comparten, y suponen un nexo de unión entre ellas, son sus azarosas relaciones sentimentales, que no han gozado del apoyo esperado por parte de Zarzuela. En 2007, la infanta Elena no se sintió respaldada por la Casa del Rey, en cuanto al “cese temporal de la convivencia” de Jaime de Marichalar -que dos años después se convirtió en divorcio-. Ahora, su hermana atraviesa una situación difícil y ve con asombro como poco a poco se les desplaza de las actividades de representación de la Casa y cómo su marido desaparece de la página web con la intención de “marcar distancias”.
Más delgada y algo desmejorada. Así ha sido vista la infanta Cristina este sábado y domingo en Baqueira Beret. No estaba su marido, Iñaki Urdangarin, y con este ya son tres los fines de semana consecutivos que el matrimonio pasa por separado. Pese a esto, fue el propio duque el encargado de acercar a su esposa y sus hijos hasta la residencia propiedad del Rey ubicada en la urbanización de La Pleta, enclave que la Primera Familia utiliza cada vez que desea practicar el esquí. Todos salieron del palacete de Pedralbes con destino al Valle de Arán el viernes en un monovolumen, pero Iñaki Urdangarin desapareció a las pocas horas.