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Zarzuela teme la imputación del conde de Fontao, pero no la de la infanta
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Zarzuela teme la imputación del conde de Fontao, pero no la de la infanta

Durante todo el fin de semana, cónclaves en el palacio de la Zarzuela se han encargado de controlar, estudiar y buscar estrategias que desactivaran la declaración de

Foto: Zarzuela teme la imputación del conde de Fontao, pero no la de la infanta
Zarzuela teme la imputación del conde de Fontao, pero no la de la infanta

Durante todo el fin de semana, cónclaves en el palacio de la Zarzuela se han encargado de controlar, estudiar y buscar estrategias que desactivaran la declaración de Diego Torres que, como se esperaba, ha resultado demoledora para Urdangarin, la infanta y el asesor real, el conde de Fontao. Según Torres, el conde de Fontao diseñó una estrategia para que Urdangarin no figurase públicamente en las actividades del Instituto Nóos. El único que no ha visto empañada su situación más allá de la imputación ha sido Carlos García Revenga, secretario de las Infantas al que Torres no ha involucrado por ahora más de lo que aparecía en uno de los correos electrónicos.

Durante siete horas el profesor de ESADE dio su versión de cómo funcionaba Nóos y la implicación de todos los protagonistas, incluida la infanta Cristina. Las manifestaciones de Torres y su mujer Ana Maria Tejeiro pueden ser ciertas o no. Precisamente por eso, según expertos consultados por Vanitatis, es más necesaria la presencia de la infanta Cristina para defenderse ante el juez Castro.

Esta posibilidad se ha manejado durante todo el fin de semana en el palacio de la Zarzuela en reuniones complicadas y conflictivas donde el Rey, el Príncipe y altas instancia de la Casa, a través de comunicación oral o presencial, han manejado datos y posibilidades de que  la infanta pudiera por fin ser imputada para salvaguardar sus garantías procesales y poder defenderse ante las acusaciones de Diego Torres. Otro tanto ocurre con el conde de Fontao. Si hace un mes el propio gabinete de prensa aseguraba que "no se contemplaba" su implicación, ahora la situación del asesor real ha cambiado después de que Torres asegurase que sus trapicheos en Nóos eran palpables desde el año 2006.

En este sentido la estrategia de la Casa es la misma que con Revenga. En el caso de que el juez Castro  lo impute no se tomará ninguna decisión hasta que no declare en sede judicial. Al fin y al cabo, la figura de Jose Manuel Romero no ha formado parte del engranaje oficial de la jefatura del Estado ya que el conde de Fontao siempre ha tenido un perfil mediático bajo. Su imputación sería un problema de menor envergadura ante lo que se vendría encima si el juez instructor solicitara la presencia de la duquesa de Palma. Según fuentes cercanas  a Zarzuela, hay cierta estabilidad ante lo que podría llegar a suceder. "El fiscal no ha creído a Torres y por lo tanto no va a llamar a declarar a la Infanta ni tan siquiera como testigo", confirman  a Vanitatis.

Mientras todo esto sucedía, la familia mostraba una normalidad que no era real. La infanta Elena esquiando en Baqueira, el Principe en Candachú, los Urdangarin en Pedralbes, la Reina en contacto con su hija y el Rey vigilante.

Durante todo el fin de semana, cónclaves en el palacio de la Zarzuela se han encargado de controlar, estudiar y buscar estrategias que desactivaran la declaración de Diego Torres que, como se esperaba, ha resultado demoledora para Urdangarin, la infanta y el asesor real, el conde de Fontao. Según Torres, el conde de Fontao diseñó una estrategia para que Urdangarin no figurase públicamente en las actividades del Instituto Nóos. El único que no ha visto empañada su situación más allá de la imputación ha sido Carlos García Revenga, secretario de las Infantas al que Torres no ha involucrado por ahora más de lo que aparecía en uno de los correos electrónicos.

Infanta Cristina