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Urdangarin defiende a Casa Real y desvincula a la Infanta de sus negocios
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Urdangarin defiende a Casa Real y desvincula a la Infanta de sus negocios

Iñaki Urdangarín le ha echado un capote a la Casa del Rey y otro a su esposa, la infanta Cristina de Borbón. Durante su comparecencia ante el juez José Castro para prestar

Foto: Urdangarin defiende a Casa Real y desvincula a la Infanta de sus negocios
Urdangarin defiende a Casa Real y desvincula a la Infanta de sus negocios

Iñaki Urdangarín le ha echado un capote a la Casa del Rey y otro a su esposa, la infanta Cristina de Borbón. Durante su comparecencia ante el juez José Castro para prestar declaración, por segunda vez desde que fue imputado en el caso Nóos, el yerno de don Juan Carlos ha asegurado que La Zarzuela no asesoró, autorizó o avaló las actividades que desarrollaba en el Instituto Noós, sino que le recomendó que dejara de realizarlas porque no las consideraba adecuadas para su estatus institucional. Luego ha salido en defensa de la Infanta, a la que ha desvinculado por completo de sus negocios.

El duque de Palma, como estaba previsto, ha exculpado a su esposa de las actividades presuntamente delictivas que cometió mientras presidía el Instituto Nóos, y ha asegurado que no posee cuentas bancarias en Suiza ni ha tenido jamás testaferros. Urdangarín también ha negado la supuesta reunión celebrada en 2004 en el palacio de La Zarzuela en la que habrían participado él mismo, el entonces presidente valenciano, Francisco Camps, la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, y su ex socio Diego Torres, como reveló este último en su reciente declaración judicial.

"Quiero declarar que, como consecuencia de la entrega y difusión de determinados correos y documentación presuntamente relacionados con este procedimiento, se ha producido en las últimas semanas un desplazamiento del foco de esta instrucción de los hechos propiamente dichos hacia un proceso público al pretendido papel de la Casa Real en los mismos", ha dicho el duque de Palma nada más comparecer ante el juez. Urdangarín ha leído una declaración escrita, supuestamente consensuada con La Zarzuela, en la que afirma que "la Casa de Su Majestad el Rey no opinó, asesoró, autorizó o avaló las actividades que yo desarrollaba en el Instituto Noós".

"Por el contrario", ha precisado el yerno del monarca, "cuando tuvo conocimiento de la existencia de reproches políticos a las Administraciones públicas contratantes, la Casa de Su Majestad el Rey me trasladó las recomendaciones oportunas para que dejara de realizar una actividad que no consideraba adecuada para mi estatus institucional, y así lo hice".

Durante su declaración, el juez y el fiscal han preguntado a Urdangarín sobre la contratación de Nóos, por más de 120.000 euros, por parte de la Fundación Madrid 2016, destinada a la promoción de la candidatura de la ciudad a los Juegos Olímpicos, una ramificación de la causa que se investiga desde hace pocas semanas. El duque de Palma ha respondido que sí realizó labores de "lobby de presión" a favor de esta candidatura, pero ha asegurado que él no cobró dinero por realizar ese supuesto trabajo, del que apenas han quedado rastros documentales.

Abucheos y fuertes medidas de seguridad

Urdangarín, que comparecía desde las 9.11 horas en el Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, un año después de que lo hiciera por primera vez, ha finalizado su declaración poco antes de las 14.30 horas. El yerno del Rey llegó bordo de un Peugeot conducido por un miembro del equipo de seguridad de la Casa del Rey, protegido por un fuerte dispositivo policial, bajo una lluvia de abucheosproferidos por varias decenas de ciudadanos indignados y ante la atenta mirada de cientos de periodistas, algunos venidos desde fuera de España.

Urdangarín se va a enfrentar durante las próximas horas a las preguntas del juez, de las acusaciones, de su abogado defensor y del fiscal anticorrupción de Baleares,Pedro Horrach, que le interrogará, entre otras cuestiones, por el papel de don Juan Carlos y de la aristócrata alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, íntima amiga del monarca, en los negocios del Instituto Nóos.

El duque de Palma, enfundado en un abrigo gris y con una bufanda al cuello, ha recorrido a pie los poco más de 50 metros de la rampa de asfalto que separa la calle, donde le esperaba su abogado, Mario Pascual Vives, de la entrada a los juzgados. A diferencia del año pasado, cuando se dirigió a los periodistas para recitar una breve declaración en la que proclamó su inocencia, en esta ocasión Urdangarín ha ignorado cámaras y micrófonos y ha accedido directamente al interior del edificio.

Varias decenas de agentes del Cuerpo Nacional de Policía forman un cordón de seguridad alrededor de los juzgados, cuyas calles adyacentes han sido cortadas al tráfico. Pese al intenso frío con que ha amanecido hoy Palma, cerca de un centenar de ciudadanos, jóvenes en su mayoría, se ha concentrado en los alrededores para expresar su repulsa contra la Corona. "Les nostres retallades serán amb guillotina" ("Nuestros recortes serán con guillotina"), reza una de las pancartas que exhiben los manifestantes.

Mientras Urdangarín respondía a las preguntas del juez y el fiscal -todo el interrogatorio ha sido grabado esta vez en video para facilitar su transcripción-, en la calle los concentrados gritaban consignas como "¡No estamos todos, falta la Infanta!" o "¡No hay dos sin tres, República otra vez!". En los balcones de las viviendas próximas a los juzgados se agolpan los curiosos, y los dueños de los bares de los alrededores se frotan las manos ante la afluencia de clientes, periodistas en su mayoría. En la puerta de uno de esos establecimientos, un cartel advierte: "Hoy no NOOS queda chorizo".

Una vez concluida la comparecencia de Urdangarín ha empezado la declaración de Carlos García Revenga, también en calidad de imputado. El secretario y asesor de las infantas Cristina y Elena de Borbón llegó los juzgados poco antes de las 13 horas en compañía de su abogado, Enrique Molina, ex fiscal de la Audiencia Nacional. García Revenga, ex tesorero del Instituto Nóos, fue el supuesto enlace entre la entidad que se declaraba "sin ánimo de lucro" y la Casa del Rey, según el testimonio de Torres y muchos de los correos electrónicos aportados por éste a la causa.

Situación comprometida

La declaración de Urdangarín ante Castro, instructor delcaso Nóos, se ha producido justo una semana después de que lo hiciera su ex socio Torres, cuyo testimonio -y la nueva remesa de 197 correos electrónicos entregada por éste al juez- ha dejado en una situación muy comprometida a la Casa del Rey, sacudida también por los nuevos problemas de salud del monarca y, sobre todo, por el debate sobre su abdicación.

Don Juan Carlos, según aseguró Torres hace siete días, autorizó una reunión en el mismísimo palacio de La Zarzuela en la que participaron Urdangarín, Camps, Barberá y el propio Torres. El motivo de ese encuentro fue negociar la puesta en marcha de los Valencia Summit, tres foros sobre turismo y deporte que reportaron a las arcas del Instituto Nóos más de tres millones de euros de fondos públicos.

​El ex socio de Urdangarín repitió una y otra vez, primero a preguntas de Castro y más tarde ante el fiscal Horrach, que la Casa del Rey "estaba al corriente" de todas las actividades del Instituto Nóos, desde el propio monarca a García Revenga, pasando por el asesor jurídico de don Juan Carlos, José Manuel Romero Moreno, conde de Fontao, y la infanta Cristina. "No se hacía nada sin que fuera previamente supervisado y autorizado por la Casa Real", insistió Torres.

Iñaki Urdangarín le ha echado un capote a la Casa del Rey y otro a su esposa, la infanta Cristina de Borbón. Durante su comparecencia ante el juez José Castro para prestar declaración, por segunda vez desde que fue imputado en el caso Nóos, el yerno de don Juan Carlos ha asegurado que La Zarzuela no asesoró, autorizó o avaló las actividades que desarrollaba en el Instituto Noós, sino que le recomendó que dejara de realizarlas porque no las consideraba adecuadas para su estatus institucional. Luego ha salido en defensa de la Infanta, a la que ha desvinculado por completo de sus negocios.

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