La Reina, ovacionada en la Basílica del Cristo de Medinaceli tras el 'huracán Corinna'

La Reina ha cumplido este viernes la tradición de besar los pies del Cristo de Medinaceli. Esta es su primera aparición pública después de que se desatara el huracán Corinna, mostrándose fiel a esa diplomacia que siempre le ha caracterizado.

Su asistencia no estaba prevista en la agenda de actos facilitada por la Casa del Rey, pero coinciden justo en un momento en que la imagen de doña Sofía se encuentra en un muy discreto segundo plano. 

Hacía siete años que la Reina no acudía a esta tradición real, siendo las infantas Elena y Cristina, los príncipes de Asturias y el Rey quienes han acudido a la Basílica del Cristo de Medinaceli durante ese tiempo.

Su presencia en un acto al que acuden centenares de personas -hay quienes llevan varios días haciendo cola frente a la iglesia- ha sido interpretado por muchos como el deseo de doña Sofía de mostrarse en público en una situación bastante espinosa para la Familia Real.

La andadura mediática de Corinna por la prensa nacional e internacional, la segunda comparecencia de Iñaki Urdangarin ante el juez Castro y la imputación del secretario de sus hijas, Carlos García Revenga, ha distanciado más si cabe a un matrimonio que parece estar en sus horas más bajas.

Tres son los deseos, dicen, que el Cristo de Medinaceli concede. La Reina, criada en la fe ortodoxa, aunque convertida al catolicismo al casarse con don Juan Carlos, fue ovacionada tanto al entrar como al salir. “No es de extrañar que venga ella este año… tiene muchos motivos para rezar”, aseguraban algunos devotos que aguardaban a entrar.

Esta visita llega dos días antes de que el Rey sea operado de una hernia discal en la clínica La Milagrosa de Madrid por el doctor Manuel de la Torre Gutiérrez. Esta será su tercera operación en diez meses y la séptima desde mayo de 2010.