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Carolina de Mónaco, una espectacular abuela en el Baile de la Rosa
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Carolina de Mónaco, una espectacular abuela en el Baile de la Rosa

Nada mejor que estrenarse como abuela acudiendo a un acto que supone seña y santo de la elegancia del viejo continente. Eso debió pensar este sábado

Nada mejor que estrenarse como abuela acudiendo a un acto que supone seña y santo de la elegancia del viejo continente. Eso debió pensar este sábado la princesa Carolina de Mónaco. La gala del Baile de la Rosa volvió a ser uno de los actos más significativos de la vida monegasca y de los Grimaldi. Celebrado en el Salle des Etoiles de Mónaco y, como se había especulado, con una decoración que recordaba a los inicios del siglo XX, congregó a la plana mayor de la familia a excepción de Andrea Kasiraghi, reciente padre de un bebé estos días. La recién estrenada abuela, Carolina de Mónaco estuvo presente y eligió para la ocasión un sencillo vestido de Chanel de dos piezas compuesto por una falda negra, camisa blanca y una torera con bordados.

Sin embargo, no fue la principesca abuela la que acaparó mayor número de flashes por parte de los fotógrafos. La que más llamó una justificada atención fue sin duda la hija de Carolina, una Carlota que fue acompañada de su pareja, Gad Elmaleh, y que hace años se postula como la gran sucesora del estilo y las formas de su madre. El vestido de volantes que lucía, en color rosa palo, y su peinado con ondas le daban un aire de princesa de cuento tan del gusto de este tipo de actos. También acompañado de su pareja, Beatrice Borromeo, estuvo Pierre Casiraghi. Alberto de Mónaco acudió con Charlene, su esposa, que también destacó en un vestuario sencillo pero atrevido a la vez: un vestido de Ralph Lauren largo color marfil en satén de seda, con gran escote en V y adornado con cristales Swarovski bordados en tul.

Los Grimaldi tuvieron invitados de lujo en una de las citas más glamourosas de la alta sociedad monegasca: el diseñador Karl Lagerfeld o la modelo Natalia Vodianova. Lagerfeld había sido el encargado de diseñar las invitaciones de una gala que tenía fijado el precio por cubierto en 750 euros. La Fundación princesa Grace es la encargada de gestionar los fondos que se recaudan cada año en este acto, imprescindible cita del glamour más europeo.

Nada mejor que estrenarse como abuela acudiendo a un acto que supone seña y santo de la elegancia del viejo continente. Eso debió pensar este sábado la princesa Carolina de Mónaco. La gala del Baile de la Rosa volvió a ser uno de los actos más significativos de la vida monegasca y de los Grimaldi. Celebrado en el Salle des Etoiles de Mónaco y, como se había especulado, con una decoración que recordaba a los inicios del siglo XX, congregó a la plana mayor de la familia a excepción de Andrea Kasiraghi, reciente padre de un bebé estos días. La recién estrenada abuela, Carolina de Mónaco estuvo presente y eligió para la ocasión un sencillo vestido de Chanel de dos piezas compuesto por una falda negra, camisa blanca y una torera con bordados.

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