Es noticia
Menú
La infanta mira para otro lado ante las supuestas infidelidades de Urdangarin
  1. Casas Reales
CASAS REALES

La infanta mira para otro lado ante las supuestas infidelidades de Urdangarin

Los correos que Diego Torres ha ido entregando por etapas al juez Castro han resultado demoledores para Urdangarin y por extensión para el resto de su

Foto: La infanta mira para otro lado ante las supuestas infidelidades de Urdangarin
La infanta mira para otro lado ante las supuestas infidelidades de Urdangarin

Los correos que Diego Torres ha ido entregando por etapas al juez Castro han resultado demoledores para Urdangarin y por extensión para el resto de su familia. Desde que él se convirtió en imputado, su exsocio ha ido enviando remesas de mails, algunas de las cuales no han sido efectivas y otras han dado de lleno en la jefatura del Estado.

A través de ese intercambio electrónico, se supo públicamente de las relaciones de Corinna zu Sayn-Wittgenstein con el yerno real, de facturas domésticas pagadas con dinero que no era el indicado, del conocimiento de la infanta de algunos de los movimientos empresariales, de las gestiones ante instituciones o de cómo el hoy imputado siguió haciendo negocios poco claros después de recibir avisos para que se desvinculara del instituto Nóos. Y así cientos de misivas que obran en poder de Diego Torres, pero también de Iñaki Urdangarin y, como era natural, de la Casa Real, tal y como publicó Vanitatis hace unos meses.

Torres ha ejercido de ángel exterminador con consecuencias variables. Mientras los correos referidos a los asuntos económicos, laborales y lucrativos han resultado destructivos, los mensajes referidos a temas relacionados con la vida sexual del duque no han tenido el efecto que se perseguía. Los escritos tabernarios y subidos de tono entre los amigotes no daban más de sí en términos estrictamente judiciales, pero en cambio los supuestos devaneos del duque sí podían dañar el matrimonio. Si en un principio Casa Real buscó como solución el divorcio, rápidamente se descartó. Pasara lo que pasara, la infanta Cristina no se iba a doblegar a esas pretensiones, como confirmaron a este portal fuentes de toda consideración en febrero del año pasado.

Ni tan siquiera la investigación del CNI a una modelo rusa imponente que rondaba a Urdangarin y que se demostró que nada tenía que ver con el espionaje internacional sirvió para  que Cristina abriera los ojos. “Es una mujer muy enamorada de su marido, al que apoya emocionalmente y que tiene la familia que ha elegido, muy diferente a la suya, que se ha demostrado desestructurada”, explican a Vanitatis desde el entorno de la infanta.

La hija del Rey era conocedora desde el principio de que este material se podía utilizar en contra de su marido y le ha dado igual. Sabe con detalle en qué consisten las supuestas infidelidades de su marido, pero ha mirado para otro lado. Antes de marcharse a Estados Unidos, las cartas quedaron boca arriba entre marido y mujer. Si el duque había tenido sus historias sentimentales, como quiso demostrar Torres, estaba perdonado. Y también si fue reincidente, como se infiere de los comentarios realizados en los correos entre los amigos. En esta parcela de la vida del matrimonio, el chantaje del socio no ha hecho mella. 

Los correos que Diego Torres ha ido entregando por etapas al juez Castro han resultado demoledores para Urdangarin y por extensión para el resto de su familia. Desde que él se convirtió en imputado, su exsocio ha ido enviando remesas de mails, algunas de las cuales no han sido efectivas y otras han dado de lleno en la jefatura del Estado.

Iñaki Urdangarin Infanta Cristina