Marichalar abronca a Froilán por el incidente con la prensa en San Isidro
Una bronca telefónica. Esa fue la consecuencia. Jaime de Marichalar llamó para increpar a su hijo Froilán tras el incidente ocurrido en la Feria de San
Una bronca telefónica. Esa fue la consecuencia. Jaime de Marichalar llamó para increpar a su hijo Froilán tras el incidente ocurrido en la Feria de San Isidro. Ese día toda España pudo presenciar cómo el nieto real se convertía en 'pistolero de feria' en la madrileña pradera de San Isidro. Su madre, al ver que los paparazzi inmortalizaban la escena del adolescente con la pistola de perdigones, se llevó rápidamente al niño, encarándose con la prensa. Esa es la primera parte de la historia, la conocida, porque poco después Jaime de Marichalar llamaba a su hijo por teléfono muy molesto, según narra a Vanitatis su entorno.
Al parecer, el exduque está molesto por la permisividad con la que su exmujer, la Infanta Elena, educa a los hijos de ambos. Su enfado tiene que ver con las libertades de las que goza Froilán. A diferencia de su hermana Victoria Federica, que es una niña que no crea problemas, seria, discreta y ‘asustadiza’, su hermano trae al padre de cabeza. Y el mejor ejemplo de ello es esta última aventura, que ha llevado al nieto de los Reyes a empuñar de nuevo un arma, aunque en esta ocasión era de perdigones, ya que la última vez que tuvo en sus manos una de verdad se pegó un tiro en un pie, con el consecuente escándalo en los medios de comunicación.
No es la primera vez, en las últimas semanas, que el exduque de Lugo reprende a Froilán. Hace apenas unos días, durante la celebración de un torneo de tenis en Madrid, padre e hijo contemplaban un partido desde el palco de Rolex. Hasta ese lugar del estadio llegaron dos señoras mayores. El nieto real no tuvo la delicadeza de dejar su asiento a las nuevas, y septuagenarias, invitadas. Como si la cosa no fuese con él, siguió atento al partido. El gesto no gustó lo más mínimo a su famoso padre, que se disculpó inmediatamente con las dos mujeres.
Tras la actitud ‘pasota’ de Froilán, Jaime le obligó a levantarse, dibujando una cara de cabreo en el chaval, que no parecía dar su brazo a torcer. Más tarde, y entre amigos, las señoras comentaron la falta de respeto que había cometido el nieto más díscolo de don Juan Carlos. No es de extrañar, por tanto, que circule el rumor de la seria preocupación de Marichalar por la actitud de Froilán. Se queja en ‘petit comité’ de que ve poco a su hijo, y que esa es una de las razones por las que no puede inculcarle la disciplina que quisiera. La queja supone, en definitiva, un cierto reproche a la infanta Elena, de la que espera una postura más estricta en su papel de madre. La misma que sus padres tuvieron con él y sus hermanos.
Una bronca telefónica. Esa fue la consecuencia. Jaime de Marichalar llamó para increpar a su hijo Froilán tras el incidente ocurrido en la Feria de San Isidro. Ese día toda España pudo presenciar cómo el nieto real se convertía en 'pistolero de feria' en la madrileña pradera de San Isidro. Su madre, al ver que los paparazzi inmortalizaban la escena del adolescente con la pistola de perdigones, se llevó rápidamente al niño, encarándose con la prensa. Esa es la primera parte de la historia, la conocida, porque poco después Jaime de Marichalar llamaba a su hijo por teléfono muy molesto, según narra a Vanitatis su entorno.