Masako, la 'princesa triste de Japón', vuelve a recaer en su depresión

Visto y no visto. La princesa Masako reapareció, tras años retirada en su particular feudo nipón, en la pasada coronación de Guillermo y Máxima de Holanda. Aunque todo hacía indicar que acompañaría a Naruhito, príncipe heredero de Japón, en el viaje que realiza a España este lunes, finalmente volverá a quedarse en el país del sol naciente, donde llevaba 'recluida' once años a causa de una severa depresión. Naruhito será recibido en solitario por el príncipe Felipe en el Palacio de El Pardo. Será él quien le acompañe en la mayoría de actos oficiales que realice durante una estancia en Madrid que se perfila como una auténtica visita de estado. Según han confirmado fuentes extraoficiales a Vanitatis, la razón de la ausencia de Masako no es otra que la recaída en su enfermedad.  Sin embargo, y para no alarmar al pueblo japonés, Masako reapareció este domingo para despedir a su marido, momento que fue fotografiado cuando ambos salían de su residencia oficial.

Al parecer, la depresión continúa a día de hoy a pesar de que la sesgada reaparición en la coronación holandesa pareciese indicar otra cosa.  En aquella ocasión, a pesar de que el lunes 29 de abril la princesa no apareció en la cena de gala ofrecida por BeatrIz de Holanda y eso hizo que se disparasen las alarmas acerca de su enfermedad, sí que estuvo presente en la coronación celebrada en Amsterdam al día siguiente, reapareciendo así en un acto oficial internacional después de más de una década de retiro. La última visita de Masako y Naruhito, antes de este viaje a Ámsterdam, había sido a Nueva Zelanda y Australia. Aunque no son pocos los que la esperaban en España para seguir dando cuenta de la recuperación que se vislumbró en Amsterdam, Naruhito tendrá que cumplir con su visita a nuestro país en solitario.

Además de con el príncipe, el heredero japonés también compartirá su estancia con doña Letizia y los reyes de España en encuentros postreros como el almuerzo que se ofrece en su honor el martes a mediodía en Zarzuela. También será recibido en días sucesivos por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Realizará, además, un itinerario que incluye visitas a Salamanca, Santiago de Compostela y Coria del Río, localidad sevillana en la que existen muchos descendientes de la llamada ‘embajada Keicho’, una misión japonesa que llegó a España hace más de cuatro siglos.

Una tristeza de largo recorrido

La rumorología acerca de lo que ocurre para que Masako mantenga su encierro japonés es variada: desde aquellos que la tildan de ‘mariposa atrapada’ a los que aseguran que se la estaba presionando para dar un heredero al trono japonés; una presión que habría tenido sobre sus espaldas desde su boda con el príncipe Naruhito, celebrada en 1993. Ese empuje popular hizo que fuese ella la acusada 'oficial' de la demora de un embarazo que nunca llegaba. Tras numerosos tratamientos de fertilidad y un aborto, dio luz a la princesa Aiko en diciembre de 2001, pero el nacimiento de una niña en lugar de un varón no aminoró la responsabilidad de traer al mundo a un heredero. Se dice también que, por aquella época, se enquistó la relación que tenía con sus suegros. En 2003, la Casa Imperial reveló que sufría de estrés, reconociendo por fin el problema de la princesa.

Quizá fue ese el motivo de que, cuando Naruhito acudió a la boda de los príncipes de Asturias el 22 de mayo de 2004, lo hiciese también sin la presencia de Masako. La racha de once años sin viajar a ninguna parte se rompió el pasado mes de abril, cuando la princesa heredera de Japón reapareció en los actos de coronación de Guillermo de Holanda y Máxima. Además, fue una de las primeras en llegar a la iglesia nueva de Ámsterdam, lugar en el que se celebró la esperada investidura real. Sin embargo, la depresión parece no haber concluido para la princesa y, con ella, tampoco su encierro en las fronteras japonesas.

Por otra parte, no es la primera vez que Naruhito es recibido en España por el príncipe de Asturias. En su anterior visita a nuestro país, el 16 de julio de 2008, el heredero español le dio la bienvenida en el aeropuerto de Barajas y, al día siguiente, también le acompañó a visitar el Museo del Prado. Ahora, es de nuevo el guía principal de un viaje al que no ha podido acudir la que, por desgracia, sigue siendo 'la princesa triste' de Japón.