Las infantas Elena y Cristina arropan a Carlos García Revenga en el funeral de su padre

Este lunes por la tarde, las infantas Elena y Cristina acudían a la misa funeral por el padre de su asesor y secretario Carlos García Revenga, que falleció el 26 de mayo. Aquel día, sólo la infanta Elena y su prima María Zurita acudieron al tanatorio madrileño de la M-30 para expresar sus condolencias.

Dos semanas más tarde, y a pesar de que llegaron en coches separados a la capilla del colegio Jesús María de Madrid, ambas quisieron estar al lado de quien durante años ha sido el depositario de su confianza para cuestiones oficiales y privadas.

Sin embargo, y una hora y media antes de que comenzara la misa, García Revenga ya mostraba los primeros signos de nerviosismo al ver a varios fotógrafos en la puerta del colegio, a los que se dirigió pidiéndoles no sólo que le dejaran tranquilo, sino respeto para él y sus sobrinos, a quienes no quería que, bajo ningún concepto, se les fotografiara, asegurando, incluso, que estaba dispuesto a tomar medidas legales si esto ocurría.

A su llegada, las infantas saludaron con un abrazo y dos besos a García Revenga y a su madre, que aún no se ha recuperado de la muerte de su marido Agapito García Benito. La duquesa de Palma intentó escabullirse de la prensa y pasar desapercibida entre las personas que asistieron a la misa, entre las que se encontraba Nuria March, gran amiga de la familia de Revenga desde hace años.

Este último encuentro tiene lugar sólo cinco días después de que los tres se reunieran en el palacio de Pedralbes con motivo del 48 cumpleaños de la infanta Cristina y demuestra, una vez más, que el secretario de las infantas sigue manteniendo contacto con ella a pesar de estar alejado de los actos oficiales.

Una vez finalizada la ceremonia, la infanta Cristina fue la primera en abandonar la iglesia no sin antes despedirse de algunos conocidos y de García Revenga, con el que mantuvo una breve conversación a la que se unió la duquesa de Lugo. Minutos después, ambas abandonaban el recinto, Cristina en un coche junto a sus escoltas y la infanta Elena conduciendo el suyo.

Revenga sale de su escondite

Tras conocerse en febrero la imputación de García Revenga en el caso Nóos, éste dejó de aparecer públicamente con la infanta Elena. A pesar de que se desconoce hasta qué punto esta medida fue impuesta o no por Zarzuela, lo que está claro es que desde ese momento, la hija mayor del Rey continuó con su agenda oficial sin su mano derecha.

Con el objetivo puesto en no asociar su desgastada imagen al ser relacionado con actividades delictivas, Revenga prefirió no dejarse ver durante tres meses. Sin embargo, el pasado mes de mayo acudió junto a la infanta Elena a Las Ventas. Eso sí, no como asesor, sino como amigo personal y gran aficionado al mundo del toro.

Su última aparición fue este fin de semana en la fiesta de presentación de la firma de subastas británica Suttons and Robertsons. Allí, Carlos García Revenga disfrutó de la terraza del Museo Thyssen junto a otros invitados como Beatriz de Orleans y Marina Castaño, con los que visitó la exposición sobre Pisarro abierta hasta el 15 de septiembre.