Una polémica luna de miel de 6.000 euros al día para la princesa Magdalena de Suecia

Playas de ensueño, aguas de color turquesa y arena fina y blanca. Una imagen de postal que Christopher O’Neill ha querido regalar a Magdalena de Suecia para celebrar sus primeros días como marido y mujer. La pareja, que contrajo matrimonio el pasado 8 de junio en la capilla del Palacio Real de Estocolmo, ha viajado en su luna de miel a las paradisiacas islas Seychelles. Este viaje, con el que pretendía sorprender a Magdalena, no ha sido todo lo idílico que esperaban, no sólo por las fotografías que el pasado viernes publicó el diario sueco Expressen, si no por lo que ha venido después. Si bien las románticas instantáneas muestran a la pareja paseando de la mano por la playa o en una terraza de madera, los medios suecos ya han ido desgranando poco a poco los detalles de su viaje. Ella pide intimidad. La prensa 'muerde' a la Corona por el gasto desproporcionado de la pareja, unos 6.000 euros al día, pero también por otros asuntos colaterales.

Situada en el norte del archipiélago, North Island es el lugar elegido por Chris y Magdalena de Suecia para descansar. Con once villas y todos los servicios imaginables, desde mayordomo, piscina, jacuzzi privado y detalles ecológicos como fruta y verdura fresca para elaborar tanto al comida como la cena, la pareja ha disfrutado de todo ello en una espaciosa casa de 450 metros cuadrados por la nada desdeñable cifra de 3.069 euros por persona y día, cantidad que es inferior al de otras fechas al ser época de temporada baja (600 euros más por persona y día si es temporada alta).

Aunque estas elevadas cifras no han sorprendido del todo a los suecos, ya que Christopher O’Neill ha ido amasando una abultada fortuna a lo largo de su carrera profesional que no pone en entredicho el precio de su regalo, lo cierto es que estas últimas informaciones han dado el pistoletazo de salida a otras que poco tienen que ver la luna de miel.

Si bien la pareja había hecho alarde de su generosidad en los medios de comunicación asegurando que no había lista de bodas y que el dinero que iban a recibir sería destinado a varias ONG y a la Fundación Mundial para la Infancia -creada por su madre, la reina Silvia de Suecia, y para la que ella trabaja en Nueva York-, la realidad es otra bien distinta.

Varios reporteros suecos han comenzado a investigar después de que Magdalena expresara a través de Facebook su descontento con la prensa popular sueca por haber publicado fotografías de carácter privado y han dado con una lista de boda secreta de lo más convencional, excepto en los precios. Repleta de utensilios de cocina y de decoración de lujo, los invitados podían optar por regalarles un mechero de 200 euros o una batería de cocina de 1.650, que, por cierto, no ha encontrado comprador.

Otro de los puntos oscuros que los medios suecos han querido devolver a la actualidad fue la multa de tráfico que la policía sueca interpuso a Magdalena días antes de casarse por conducir por un carril-bus en Estocolmo. Multada con casi 120 euros, Magdalena ha quedado exenta de pagarlos después que la policía haya dado por cerrado el caso y de que ella apelara a su supuesta inmunidad, hecho del que hicieron oídos sordos los agentes en un primer momento. “Al parecer, había algún tipo de dispensación”, ha asegurado Kjell Lindgren, portavoz de la policía de Estocolmo, al diario sueco Expressen.