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Fin de semana de pitidos para la Reina doña Sofía
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Fin de semana de pitidos para la Reina doña Sofía

Siempre ha sido el miembro intocable de la Familia Real. La que se salva en todas las encuestas que analizan el porqué de la monarquía. Sin

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Fin de semana de pitidos para la Reina doña Sofía

Siempre ha sido el miembro intocable de la Familia Real. La que se salva en todas las encuestas que analizan el porqué de la monarquía. Sin embargo, este fin de semana, la Reina doña Sofía ha tenido que afrontar con más dificultad los actos a los que ha acudido. El sábado era recibida con una pitada en el Auditorio Nacional de Madrid. El acto tenía que ver con el Día Internacional de la Música. Nada más llegar, a las 7 de la tarde, los gritos de ‘Fuera, fuera’ eran compensados por algún ‘Viva Beethoven’ que acabó apaciguando los abucheos.

En un fin de semana tan musical, la Reina también tuvo que soportar notas disonantes el viernes por la noche. Se celebraba un homenaje a Teresa Berganza con motivo de su aniversario. Durante la presentación del actor José Luis Gómez, este se dirigió al palco donde se encontraban Berganza, la Reina y el ministro de Cultura, José Ignacio Wert. Los gritos contra el ministro provocaron un rostro pétreo en la consorte, que tuvo que aguantar como pudo la reacción popular hasta que las alabanzas a Teresa Berganza frenaron en seco los gritos.

Doña Sofía también recibió lo suyo a mediados del mes de mayo. En aquella ocasión, visitó la ciudad de Mérida para acudir a la inaguruación del XVIII Congreso Internacional de Arqueología Clásuca en el Palacio de Congresos de la Ciudad. Al bajar del coche oficial que la llevaba al acto, doña Sofía confundió las protestas de los presentes con vítores hacia ella. “Sofía, Sofía…la olla está vacía” se pudo escuchar mientras que los manifestantes deplegaban pancartas y cargaban contra ella.

Hasta hace poco tiempo, la Reina era la única que se libraba de ese tipo de protestas, habituales desde la imputación de Iñaki Urdangarin o las cada vez más habituales informaciones que dejan mal a la Casa Real. El pasado marzo, cuando visitó el templo de Jesús de Medinacelli con motivo de la Semana Santa, hubo reacciones de cariño espontáneas hacia ella hechas por un público, especialmente el de edad avanzada, que parecía diferenciarla del resto de los miembros de Casa Real.

La más querida de Zarzuela

A principios de este año, una encuesta realizada por Sigma Dos para El Mundo certificaba la decadencia popular de los Borbón. Nada menos que un 41 % se mostraba partidario del fin de la mo0narquía como modo de jefatura de estado. La Reina, sin embargo, era la que salía mejor parada en cuanto al resto de miembros de la Familia Real. Un 63’1% de los encuestados tenía una opinión buena sobre ella. El porcentaje subía y alcanzaba el 80 % en el caso de las personas mayores de 64 años.

Actos que en algunos ámbitos resultaban reprochables, como que acudiese a Washington junto a su hija Cristina en los momentos posteriores a la imputación de Iñaki Urdangarin, le eran perdonados por la opinión popular. Lo que mucha gente veía en aquellas imágenes no era una justificación de la presunta corrupción de Urdangarin, sino a una abuela que cruzaba el Atlántico para ver a sus nietos.

Su ternura y apoyo a los animales abandonados y las lágrimas derramadas durante la misa por las víctimas del 11 M se han quedado grabadas a fuego para muchos de los que consideran a doña Sofía un islote aparte dentro de la resquebrajada estructura de la Familia Real. Sólo el tiempo dirá si los pitidos y abucheos son un síntoma del descenso de popularidad o si sigue siendo la más querida de una institución que para muchos no deja de ser una entelequia.

Siempre ha sido el miembro intocable de la Familia Real. La que se salva en todas las encuestas que analizan el porqué de la monarquía. Sin embargo, este fin de semana, la Reina doña Sofía ha tenido que afrontar con más dificultad los actos a los que ha acudido. El sábado era recibida con una pitada en el Auditorio Nacional de Madrid. El acto tenía que ver con el Día Internacional de la Música. Nada más llegar, a las 7 de la tarde, los gritos de ‘Fuera, fuera’ eran compensados por algún ‘Viva Beethoven’ que acabó apaciguando los abucheos.

Fundación Reina Sofía