José Ramón Bauzá, el 'acoplado' real

A quien buen árbol se arrima buena sombra lecobija. Eso es lo que debió de pensar el presidente del Gobierno de Baleares, José Ramón Bauzá, cuando los miembros de la Familia Real comenzaron a llegar a cuentagotas a Palma de Mallorca.

Su presencia, siempre en un segundo plano, ha sido constante tanto dentro como fuera del Palacio de Marivent y siempre que la agenda oficial de Casa Real ha estado salpicada por algún acto. Su primera aparición estelar fue el pasado 31 de julio, dos días después de la que la infanta Cristina llegara a la isla acompañada de sus cuatro hijos y sin Iñaki Urdangarin.

Ese día, la Reina, el príncipe Felipe y la infanta Elena acudieron al municipio mallorquín de Andratx para agradecer a los efectivos y voluntarios la extinción del fuego declarado días antes en la zona. A su llegada, allí estaba él. Con el pelo engominado y la camisa remangada y perfectamente planchada, Bauzá se comportó como un auténtico anfitrión encabezando el grupo presidido por la Familia Real, a quienes hizo las reverencias propias delante de los medios gráficos.

El que dicen es el nuevo ojito derecho de Mariano Rajoy, que ensalzó su labor en la gestión de la crisis durante el Foro Nueva Economía celebrado a finales de julio, sabe moverse como pez en el agua y estar en el momento preciso en el que las cámaras comienzan a grabar. Así, el domingo 4 de agosto, con sus dos elementos indispensables, la gomina y una camisa con sus iniciales bordadas, acompañó al Príncipe Felipe a la entrega de premios de la Copa del Rey para paliar, quizá, la soledad de Felipe, que acudió sin la princesa Letizia porque, según élk mismo aseguró, “alguien se tenía que quedar con las niñas”.

Dos días después, José Ramón Bauzá sería la primera autoridad en saludar al Rey en el Palacio de la Almudaina sólo unas horas después de que el Monarca llegara a la isla,con quien despachó sobre la necesidad de reformar el código penal para actuar con mayor contundencia contra quienes provocan los incendios forestales que tuvieron en vilo a la isla durante unos días.Ese martes por la noche, Bauzá compartiría mesa y mantel con los Príncipes de Asturias y los Reyes en la tradicional cena con las autoridades baleares.

Desde entonces, Bauzá no se ha dejado ver con ningún miembro de la Familia Real. Hasta ayer. Sola, sin sus hijos, sus nietos y sin su marido, que regresó a Madrid el pasado viernes para continuar con los ejercicios de rehabilitación,Sofía tiene que conformarse, tal y como asegura Matías Vallés en el Diario de Mallorca, con Bauzá, la herencia que le ha dejado el monarca a su mujer y que tendrá que ser el fiel escudero de la Reina durante su agenda veraniega. Así lo ha hecho este lunes, acompañando a la Reina a la sede de Cáritas enMallorca y este miércoles en la quinta edición del Foro Menorca Illa del Rei.Es lo que tiene tener un royal en nómina.