Telma Ortiz y Jaime del Burgo, veraneo en la Costa Brava sin divorcio
El matrimonio de la hermana de Letizia se ha desdibujado desde el primer momento de su compromiso por a sus frecuentes distanciamientos
Los Príncipes y los Urdangarin no son los únicos miembros de la Familia Real sobre los que planea el distanciamiento matrimonial. En el caso de los duques de Palma, el cambio de domicilio de la Infanta de Barcelona a Ginebra, más la supuesta doble vida del deportista expresada en sus correos, serían datos más que suficientes para pensar en otro divorcio en la Casa. Respecto al heredero y su consorte, Letizia es la que marca las pautas familiares y el heredero las acepta. Nada más.
En cambio, y aunque no es relación directa pero si colateral, el matrimonio de la hermana de Letizia, Telma, y Jaime del Burgo se ha desdibujado desde el primer momento de su compromiso. Las continuas separaciones por cuestiones profesionales han hecho que el “Tú a Nueva York/Londres y yo a Barcelona” emulando el título de la película infantil Tú a Boston y yo a California, haya convertido esa relación en tema de conversación entre su propio círculo de conocidos.
Los íntimos saben que en este caso no hay divorcio, que la pareja se mantiene en buen estado afectivo y que esos comentarios no son invención de la prensa como a veces la hermana de la Princesa ha querido dejar ver, sino de lo que podría definirse como amistades sociales. “La relación de Jaime y Telma siempre está en el aire y ellos lo saben”, aseguran ciertas fuentes que parecen no querer que la pareja funcione.
Lo que ocurre es que las imágenes de ambos felices y contentos no son públicas. Telma, que en su día perdió su demanda cósmica contra los medios y aún no ha cerrado el capítulo de las costas contra esas publicaciones, mantiene su piso en Barcelona y viaja siempre que puede donde está su marido, aunque las visitas son más frecuentes a la inversa por razones obvias. Y no es otra que, Amanda, la hija que Telma tuvo con su anterior pareja.
El caso es que el matrimonio ha pasado el verano en la Costa Brava y después en un pueblo de playa cercano a Tánger donde unos amigos tienen una casa mirando al mar. No ha sido la primera vez que acuden a este lugar. La primavera pasada, coincidiendo con Semana Santa, los Del Burgo/Ortiz más la niña viajaron hasta ese lugar donde dicen pueden mantener su privacidad.
No sería raro que en un futuro se decidieran a comprar una casa en esta zona que también frecuenta Felipe González, empresarios españoles y gente relacionada con el mundo del espectáculo a través de su festival de cine y flamenco. El fallecido Bigas Luna o Andrés Vicente Gómez han sido habituales de Tánger.
En el caso del productor y viudo de la añorada Concha García Campoy se ha asociado con del Burgo para montar en Londres en febrero el musical El último jinete, que narra una historia de amor que discurre del desierto árabe a la Inglaterra victoriana. La hermana de la Princesa, que no tiene trabajo fijo, podrá disfrutar más de su matrimonio gracias a las compañías low cost. A diferencia de todos los miembros de la Familia Real, incluido el exconsorte Marichalar, que viajan gratis en Iberia; Telma tiene que costearse sus viajes porque no le hacen rebaja.
Los Príncipes y los Urdangarin no son los únicos miembros de la Familia Real sobre los que planea el distanciamiento matrimonial. En el caso de los duques de Palma, el cambio de domicilio de la Infanta de Barcelona a Ginebra, más la supuesta doble vida del deportista expresada en sus correos, serían datos más que suficientes para pensar en otro divorcio en la Casa. Respecto al heredero y su consorte, Letizia es la que marca las pautas familiares y el heredero las acepta. Nada más.