Froilán y Victoria Federica ponen fin a la soledad de la Reina en Mallorca

La infanta Elena ha puesto fin a la soledad de la Reina en Mallorca. Este lunes por la tarde, sus hijos, Froilán y Victoria Federica, llegaron a la isla después de pasar unos días en Sotogrande con Jaime de Marichalar. En esta exclusiva urbanización gaditana, donde su madre, la condesa viuda de Ripalda tiene una casa, el exduque de Lugo ha disfrutado al máximo de estos días con sus hijos, a quienes se les vio por última vez el pasado viernes en el Torneo Internacional de polo de Sotogrande, donde Isabel Sartorius entregó la copa de Plata.

El motivo de este viaje no sólo es hacer compañía a su abuela, también tiene carácter didáctico. Y es que el nieto mayor de los Reyes vuelve a la Escuela Nacional de Calanova para hacer un curso de vela 420. A pesar de que Foilán ya tiene cierto nivel después de varios años de aprendizaje, esta vez da un paso más en su formación y cambia de embarcación con el objetivo puesto en ser un buen regatista y seguir los pasos de algunos miembros de la Familia Real.

Aunque no se trata de un barco de iniciación y que su uso no requiere un nivel avanzado para su manejo, Froilán ya comienza a hacerse valer dentro de este deporte náutico perfeccionando su nivel intermedio de regatista para dar, en unos años, paso a la clase 470, su hermano mayor.

Por su parte, Victoria Federica, siempre serena y en segundo plano, no acudirá a clases de vela como hizo hace unas semanas en compañía de su hermano y de los cuatro hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Esta vez, se quedará al lado de su abuela, que conoce cuáles son las carencias de una niña que ha sufrido la separación de sus padres y ha sido testigo del disparo fortuito de su hermano Froilán en el pie derecho mientras hacía unas prácticas de tiro con su padre en una finca en Soria propiedad de la familia. Este accidente motivó que Victoria Federica fuera enviada a un exclusivo internado francés el año pasado tras bajar su rendimiento escolar como consecuencia del shock.

Un verano atípico

Acostumbrados a que la Familia Real sólo se reúna una vez en Palma de Mallorca durante la época estival, de nuevo algunos de sus miembros se salen del esquema trazado desde hace meses.

Si bien la primera que sorprendió con su llegada a la isla fue la infanta Cristina, que viajó con sus hijos y sin la compañía de su marido, la princesa de Asturias ha sido quien ha vuelto a dar un golpe de autoridad y poner por encima del bien de la Corona su deseo personal de disfrutar de una independencia que no es bien vista por don Juan Carlos.

Aunque se la esperaba desde la llegada del príncipe a la isla el pasado 31 de julio, Letizia no apareció hasta el día 2 de agosto. Sólo cinco días más tarde, la princesa de Asturias cogía un vuelo rumbo a Madrid sin el príncipe y las infantas Leonor y Sofía, que se unirían a su madre en la capital dos días después para viajar a Zurich. La ausencia del príncipe Felipe en los planes de su mujer ha desatado los rumores de una crisis que desde Casa Real quieren acallar ante el temor de que este distanciamiento rompa la estabilidad de la corona española.

El paso del Rey por Mallorca también ha sido visto y no visto. Centrado en la rehabilitación de su cadera, don Juan Carlos regresó al Palacio de la Zarzuela después de estar sólo cinco días en la isla, en los que cumplió la agenda oficial. Desde entonces, la Reina ha estado sola en Palma desde que el príncipe abandonara la isla dos días después que su padre.