El Rey se echó betadine en la cara y fingió una caída durante su último ingreso

Miguel Cabanela, el cirujano encargado de operar a don Juan Carlos, ha revelado algunas anécdotas de su contacto con él, asegurando que “queda Rey para rato”.

El facultativo español afincado en Estados Unidos revela en una entrevista concedida este viernes al diario El País que se encuentra mucho más tranquilo después de la última intervención quirúrgica. “Operar al Rey da vértigo. En la primera operación había muchas incógnitas. No sé cuántas prótesis infectadas habré operado, pero sin duda esta ha sido la más difícil”.

Me contó que se había cubierto la frente con betadine, se había puesto un esparadrapo en la nariz, se había vendado la muñeca y había ido a ver a los médicos para decirles que se había caído

“Muy agobiado”, Cabanela recibió en el mes de septiembre una llamada de don Juan Carles advirtiéndole de los dolores de su cadera. Poco después, se anunciaría que volvería a ser intervenido por una infección de la prótesis. Preocupado, no sólo por su estado de salud sino por la unidad de la Corona, lo primero que el Monarca preguntó al cirujano cuando despertó de la operación el pasado 21 de noviembre era si la infección “había desaparecido”.

Sorprendido por la actitud del Rey, Cabanela afirmaque “es como me había imaginado, quizá con un sentido del humor más espontáneo de lo que pensaba”. Su amistad, que surgió varios años después desde su primer contacto en diciembre de 1992, ha sido lo más comentado desde que operara al monarca por primera vez. “Yo me considero su amigo, que él me considere su amigo es otra cosa. Me da la impresión de que el Rey me ha cogido cariño, pero es una impresión mía, nada más. Es un personaje atractivo, se hace querer. Es el paciente que a uno le gusta… cuidar”.

Durante la entrevista, en la que se narran sus importantes éxitos médicos a lo largo de su trayectoria profesional, Cabanela se atreve a revelar una anécdota sobre el Rey hasta ahora desconocida y que le “hizo reír”. “Me dijo, muerto de la risa: ‘¡Mira lo que les he hecho a estos!’, y me contó que se había cubierto la frente con unas manchas de betadine, se había puesto un esparadrapo en la nariz, se había vendado la muñeca y había ido a ver a los médicos para decirles que se había caído, hasta que el Rey, claro, rompió a reír”.

Sobre la recuperación y el estado de su salud del Monarca, con el que se especula cada vez más, Cabanela reconoce que “de achaques ortopédicos es raro que uno se muera. Creo que va a poder caminar normalmente, sin cojear, o con una cojera levísima. Está en buena forma física, no tiene hipertensión, no tiene problemas cardíacos… Tiene cuerda para rato”, finaliza.