Isabel II confiesa en su discurso navideño la "alegría" que sintió al nacer su bisnieto

Por primera vez, la reina Isabel II ha hecho este miércoles una concesión a la ternura en su tradicional mensaje de Navidad al expresar la “alegría” que sintió con el nacimiento de su bisnieto, el príncipe Jorge, y por el hecho de que su familia "es un poco más grande esta Navidad".

"Como muchos sabréis, la llegada de un bebé ofrece la oportunidad de contemplar el futuro con felicidad y esperanza renovadas", afirmó. "Para los nuevos padres,la vida nunca volverá a ser lo mismo", aseguró en su mensaje, que se grabó a principios de diciembre en el Palacio de Buckingham, la residencia de la familia real en Londres.

Vestida de amarillo y luciendo el broche que le regalaron sus padres por el nacimiento del príncipe Carlos en 1948, se refirió a la oportunidad que ofrecen las Navidades para meditar y recordar a los seres queridos que ya no están o a los que están de servicio en países lejanos, como los militares. De nuevo, volvió a hacer referencia al pequeño Jorge, del que se enorgullece por haber sido bautizado" en la alegre fe de deber y servicio cristianos", tras el cual se tomó "la tradicional fotografía", en la que aparecía la soberana y jefa del Estado británico con el príncipe Carlos, heredero al trono, Guillermo y el recién nacido, imagen que se mostró de fondo en la grabación navideña. "Fue una ocasión feliz, reuniendo a cuatro generaciones", declaró la reina.

Este discurso de Navidad ha sido considerado por la prensa británica como histórico ya que Isabel II aprovechó para expresar públicamente sus opiniones personales.Además, invitó a "la pausa" y "la reflexión" en su discurso, en el que también recordó la ceremonia por el 60 aniversario de su coronación.

En su única intervención que no está mediada por el Gobierno, la soberana estimuló a los británicos a aprovechar cualquier oportunidad para "detenerse y hacer balance" y buscar "el equilibrio entre la acción y la reflexión", sea a través "de la contemplación, la plegaria o simplemente escribiendo un diario".

"Yo misma tuve motivos para reflexionar este año, en la abadía de Westminster, sobre mi propio compromiso de servicio hecho en esa misma gran iglesia el Día de la Coronación sesenta años atrás", rememoró la monarca en su mensaje a la nación.

"Este aniversario me recordó los extraordinarios cambios que han tenido lugar desde la Coronación, muchos de ellos para mejor, y las cosas que han permanecido constantes, como la importancia de la familia, la amistad y la buena vecindad", añadió.

"En el año que viene, espero que tendréis tiempo de deteneros para momentos de callada reflexión", deseó la reina, que observó que los resultados "a veces pueden ser sorprendentes". Para los creyentes, agregó, esta reflexión puede servir para "renovarse en el amor a Dios".

Tradicional misa de Navidad

Como manda la tradición y salvo el príncipe Jorge, el resto de la Familia Real británica acudió este miércoles a la misa de Navidad en Sandringham, en el este de Inglaterra. La ausencia del heredero al trono provocó cierta decepción entre muchos de los curiosos que se acercron hasta el templo.