Letizia arrebata el móvil a un desconocido para comprobar que no le había fotografiado

Los Príncipes de Asturias celebraron el cumpleaños de Don Felipe con una cena romántica el pasado jueves en uno de los restaurantes de moda de la capital. Un día más tarde, el viernes, el matrimonio, acompañado de sus hijas, salió a comer y de compras por el centro de Madrid. Lo que prometía ser una tarde tranquila y de esparcimiento, terminó en una trifulca entre Doña Letizia y uno de los clientes de una de las tiendas que visitaron. ¿A cuento de qué? De lo de siempre: su negativa a ser fotografiada.

Aprovechando que el viernes era una jornada en la que las infantas Leonor y Sofía no tenían colegio, porque era festivo en la capital, los Príncipes decidieron hacer un alto en sus agendas (libres de compromisos) para pasar la tarde de compras junto a sus hijas. Sobre las cinco de la tarde, el matrimonio entraba en la tienda Tiger de la calle Marqués de Urquijo; un establecimiento low cost donde se venden todo tipo de elementos de decoración y juguetes a bajo precio. Después de recorrer los pasillos durante varios minutos, Don Felipe abandonó el local dejando a la Princesa junto a las niñas bajo la vigilancia de un guardaespaldas.

Tras adquirir varios objetos, la princesa se dirigió a la caja a pagar. Le seguía de cerca un guardaespaldas. Un cliente miraba atentamente su móvil, mientras esperaba su turno para que le cobrasen. Fue en ese momento, según cuentan fuentes presenciales a Vanitatis, cuando la princesa, en un gesto casi reflejo, le arrebató el teléfono de las manos. “Cuando la Princesa se percató de que el chico llevaba el móvil en la mano, rápidamente se fue hacia él y se lo quitó. Estaba muy nerviosa y no paraba de decirle que no le hiciese fotos y menos a las niñas”, señala una de las personas que en ese momento se encontraba dentro del establecimiento.

“Cuando el chico le explicó que no estaba haciendo fotos, sino leyendo sus mails, y le pidió por favor que le devolviese el teléfono, ella le dijo que sólo se lo devolvería si le enseñaba las fotos que había hecho. Fue un momento de tensión que finalmente se aclaró cuando él, tras negarse en un principio a enseñarle el contenido multimedia de su dispositivo, le terminó demostrando que ni había fotos ni intención de hacerlas”, concluye este testigo. El resto de los clientes que se encontraban dentro de la tienda se quedaron perplejos ante la actitud de Letizia. Ninguno entendía cómo estando acompañada de un guardaespaldas no se dirigió a él para preguntar si le estaban haciendo fotos y decidió actuar por su cuenta.

Otra vez las fotos

No es la primera vez que Letizia, en un intento de proteger la imagen de sus hijas, tiene un enfrentamiento con los fotógrafos o con un ciudadano de a pie que intenta sacar una instantánea. Tal y como informó Vanitatis, el día de la última cabalgata de Reyes de Pozuelo (Madrid), la princesa tuvo un encontronazo con una señora cuando quiso hacer unas fotos a las infantas con su móvil y doña Letizia se lo impidió. En aquella ocasión la princesa adujo que después la instantánea podía colgarse en la red. Parece que la ciudadana negó esa posibilidad, pero la Princesa dijo no y fue que no, algo que provocó las críticas de los testigos que contemplaron la escena.

De esta manera Letizia vuelve a dejar clara cuál es su postura ante la utilización de la imagen de sus hijas: solo actos institucionales o publirreportajes pactados en momentos concretos, que coinciden habitualmente con alguna crisis de tipo institucional. Una actitud que lleva hasta el extremo, aunque en ocasiones su desconfianza le haga cometer deslices como el del pasado viernes.