El cinturón 'fetiche' del Rey que diseñó un amigo de la princesa Corinna
EL Rey tiene un cariño especial a un cinturón de piel de cocodrilo y hebilla de plata diseñado por el joyero Patrick Mavros, muy popular entre la realeza
Poco a poco el Rey va recuperando la normalidad tras sus intervenciones y, sobre todo, su agenda privada. Este miércoles hemos podido ver en las revistas su primera salida con amigos desde hace mucho tiempo. Don Juan Carlos se reunió el pasado fin de semana para comer en el restaurante Aspen de La Moraleja (Madrid), lo que ha servido para comprobar que presenta un agradable aspecto y que goza de un buen estado de salud. Pero también sirve para conocer al monarca con un look más informal, fuera de los trajes y los uniformes oficiales.
El Rey acudió a la cita luciendo una americana azul, una camisa violeta, unos pantalones chinos y unos zapatos tipo oxford. La última vez que le vimos con una indumentaria similar fue en el posado que realizó para la misma revista que publica las fotos del almuerzo con sus amigos. En aquella portada de ¡Hola! le pudimos ver con un look más british, con una chaqueta de color marrón de cuadros, un chino beige claro y un jersey de cuello alto algo más claro que el pantalón. En ambos casos, el Rey luce el mismo cinturón de piel de cocodrilo con una llamativa hebilla de plata, un complemento que tiene una historia detrás.
Don Juan Carlos tiene un cariño especial a este cinturón, por eso es un clásico en el vestuario del monarca cuando acude a actos privados, en los que no tiene que lucir ni traje ni uniforme militar. Su hebilla está diseñada por el joyero Patrick Mavros, natural de Zimbabue y muy popular entre la realeza, además de amigo personal de Corinna Sayn-Wittgenstein, tal y como reveló ABC. Su precio supera los 600 euros y, según declaró el joyero, está inspirado en los cocodrilos que se encuentran en la orilla. Al monarca le recuerda su pasión por la caza.
De panadero de Zimbabue a codearse con la realeza
Mavros era un panadero que un día le quiso regalar a su mujer, Catja, algo original y personal. Decidió tallar unos pendientes de marfil en forma de rosas, su flor favorita. Catja no fue la única encantada con los pendientes. Poco a poco sus amistades fueron haciéndole encargos similares. Y así fue como dejó de amasar pan y se dedicó a diseñar y esculpir joyas.
Con melena despeinada y aspecto desaliñado, su talento ha traspasado fronteras. Casi tres décadas después, Mavros se ha convertido en uno de los artistas más solicitado de las Casas Reales. De hecho, cuando realiza exposiciones consigue reunir a miembros de la realeza, como ocurrió con la que realizó en el hotel Ritz de Madrid, a la que acudió el propio Don Juan Carlos y en la que también estuvo presente la princesa Corinna, entre otros muchos ilustres personajes. Es más, en aquella jornada se realizó una fotografía en la que fueron inmortalizados posando juntos Corinna, Patrick Mavros y el Rey junto a una cuarta persona. Tras ser publicada en diversos medios, el propio joyero solicitó a algún medio que se eliminara y no la volviera a utilizar recurriendo al derecho de autor.
Los duques de Cambridge también son clientes del joyero y contaron con él para decorar su casa de Kesington; además, unos amigos íntimos les regalaron unas miniaturas de animales en plata de este autor cuando nació su hijo, el príncipe Jorge. Lareina Isabeltambién es una de las clientas habituales de su tienda, según señala en la revistaForbes.
Poco a poco el Rey va recuperando la normalidad tras sus intervenciones y, sobre todo, su agenda privada. Este miércoles hemos podido ver en las revistas su primera salida con amigos desde hace mucho tiempo. Don Juan Carlos se reunió el pasado fin de semana para comer en el restaurante Aspen de La Moraleja (Madrid), lo que ha servido para comprobar que presenta un agradable aspecto y que goza de un buen estado de salud. Pero también sirve para conocer al monarca con un look más informal, fuera de los trajes y los uniformes oficiales.