Duras críticas a Kate y Guillermo por su lujoso viaje al resort de Louis Vuitton
Como si se tratara de una segunda luna de miel han viajado hasta Noonu Atoll, ppara disfrutar del lujoso hotel Cheval Blanc Randeli, propiedad de Louis Vuitton
Como si se tratara de una segunda luna de miel, el príncipe Guillermo y Kate Middleton han viajado hasta Noonu Atoll, en el archipiélago de las Maldivas, donde llegaron el pasado jueves de madrugada al aeropuerto de Malé. Recibidos por varios miembros del staff del hotel Cheval Blanc Randeli, propiedad de Louis Vuitton, los duques de Cambridge se trasladaron hasta el lujoso resort de cinco estrellas en un hidroavión de nueve plazas, cuyo trayecto, de apenas 40 minutos, cuesta 1.500 euros. Para aliviar el jet lag, la pareja, al igual que el resto de huéspedes, fueron recibidos con una botella de Moët&Chandon.
Inaugurado el pasado mes de noviembre, este exclusivo complejo tiene como únicas vistas el océano Índico y varias playas de arena blanca. Sus instalaciones son fastuosas. Tiene 45 villas con uno o dos dormitorios y una piscina infinita de 12 metros de largo. Una estancia de cuatro días cuesta alrededor de 7.000 euros por persona, un menú en uno de sus cuatro restaurantes 250, elaborado, eso sí, por un jefe de cocina con tres estrellas Michelin, y una simple hamburguesa 60 euros. La factura total del matrimonio podría haber superado los 18.000 euros incluyendo los vuelos, según apunta la prensa británica. Aunque se desconoce si el propio Louis Vuitton ha corrido con parte de los gastos.
Duras críticas
Con el mayor índice de popularidad de la Familia Real británica junto a Isabel II, Kate y Guillermo se han convertido en los últimos días en el foco de las críticas de varios medios de comunicación e, incluso, entre la población, que no parece no entender cómo el matrimonio ha podido planear este viaje sin tener en cuenta a su hijo, el príncipe Jorge, que se desconoce si ha estado a cargo de los padres de Kate, Carole y Michael, o de la nueva niñera española contratada por la pareja.
Sin embargo, las mayores críticas han venido por lo extravagante de su estancia sólo un mes después del viaje que la duquesa de Cambridge realizó a la caribeña isla de Mustique con su hijo, de siete meses, sus padres y sus hermanos a 11.000 euros semanales. “Bueno, es entendible. Necesitan vacaciones para recuperarse. Él de los disparos que pegó en su fin de semana de caza en España y ella de sus vacaciones en Mustique el mes pasado”, recoge el Daily Mail. “No es de extrañar que estén agotados. Ella ‘trabaja’ durante un par de horas poniéndose un elegante vestido”, continúa la publicación británica.
De caza en España
Entre los duros comentarios dirigidos al matrimonio, hay uno especialmente destinado al príncipe Guillermo. “Hay quienes le cuestionan por cómo fue capaz de tomarse unos días libres para irse a cazar a España el mes pasado cuando está haciendo un intensivo curso de agricultura de diez semanas de duración en la Universidad de Cambridge. Y ahora, se coge otros tantos días más”. El viaje en cuestión al que se refiere el artículo en dos ocasiones es el que realizaron los príncipes Guillermo y Enrique, el pasado 6 de febrero, a La Garganta, la finca ciudadrealeña de 15.000 hectáreas propiedad del duque de Westminster, padrino del primogénito de Carlos de Inglaterra.
De nuevo, un desplazamiento de un miembro de la Familia Real se volvió a poner en entredicho, ya que ese fin de semana de caza coincidió con la difusión de un vídeo en el que el príncipe Guillermo y su padre pedían luchar contra la caza furtiva y el comercio ilegal de especies protegidas. De hecho, sólo unos días después de este viaje, Guillermo fue uno de los principales reclamos de una conferencia de alto nivel organizada por el Gobierno británico para luchar contra el negocio existente en torno a animales como rinocerontes, elefantes o tigres.
Como si se tratara de una segunda luna de miel, el príncipe Guillermo y Kate Middleton han viajado hasta Noonu Atoll, en el archipiélago de las Maldivas, donde llegaron el pasado jueves de madrugada al aeropuerto de Malé. Recibidos por varios miembros del staff del hotel Cheval Blanc Randeli, propiedad de Louis Vuitton, los duques de Cambridge se trasladaron hasta el lujoso resort de cinco estrellas en un hidroavión de nueve plazas, cuyo trayecto, de apenas 40 minutos, cuesta 1.500 euros. Para aliviar el jet lag, la pareja, al igual que el resto de huéspedes, fueron recibidos con una botella de Moët&Chandon.