El duque de Parma bautiza este sábado a su segunda hija, Cecilia

Considerado por la mayoría de los carlistas como el heredero al trono español, Carlos Javier de Borbón-Parma celebrará este sábado en la Catedral de Piacenza el bautizo de su segunda hija, Cecilia María Juana Beatriz de Borbón-Parma, nacida el pasado 17 de octubre en La Haya. El nacimiento de la pequeña se adelantó unos días pero, según informan fuentes cercanas a Vanitatis, “su desarrollo transcurre con total normalidad”.

Prácticamente desconocidos en España, el actual duque de Parma y su mujer, la periodista holandesa Ana María Cecilia Gualthérie van Weezel, contrajeron matrimonio el 20 de noviembre de 2010, curiosamente la efeméride de la muerte de Francisco Franco, quien en 1969 decretó la expulsión de España de toda la familia Borbón Parma. Entre los invitados, se encontraban todos los miembros de la Familia Real de Holanda, ya que Carlos Havier es hijo de la princesa Irene de Holanda, por tanto, sobrino de Beatriz, la que fuera reina de los Países Bajos hasta su abdicación el pasado año. Sin embargo, la boda estaba prevista para el 28 de agosto pero el fallecimiento de Carlos Hugo de Borbón-Parma, padre de Carlos Javier,en Barcelona 10 días antes a causa de un cáncer de próstata obligó a cambiar la fecha.

Fue una periodista parlamentaria de la televisión pública holandesa en La Haya quien robó el corazón a quien estaba destinado a ser 28º duque de Parma, título del que también gozaron Carlos I y Felipe I de Borbón, primer y tercer hijo del rey Felipe V España. La pareja se conoció hace cinco años y fue el 2 de septiembre de 2009 cuando Carlos Javier pidió la mano de Ana María coincidiendo con su primer aniversario. Ambos hicieron público su compromiso en la revista Mujer Hoy. “Quería sorprenderla y organicé un picnic por la tarde cerca de un lago, en los jardines del palacio de Het Loo, en los Países Bajos. Se sorprendió tanto que su primera reacción fue preguntarme: ‘¿Estás seguro?’”, aseguró.

“Carlos me dijo que tenía un compromiso en casa de su tía, la reina Beatriz de Holanda. Meextrañó un poco y le dije: ‘Una cena bastante rara, ¿no? Es el aniversario del día en que nos conocimos…’ Pero él me contestó: ‘Ya lo sé, pero no a va ser más que un momento. Luego nos iremos a cenar solos’. Me quedé muy intrigada, pero me dije a mí misma que elegir ese día para pedirme matrimonio hubiera sido demasiado evidente”, dijoAna María.

Año y medio después, el matrimonio daba la bienvenida a su primera hija, Luis Irene Constanza, que fue bautizada en la basílica Santa María della Stecatta, en la ciudad de Parma.