Los últimos años de reclusión voluntaria de un gran diseñador

Durante unos meses, fue el vestido del que todo el mundo hablaba. Letizia Ortiz se convertía en la princesa de Asturias un 22 de mayo de 2004 con un vestido confeccionado por Manuel Pertegaz. Aunque actualmente se encuentra en el Palacio Real de Aranjuez, sigue siendo el vestido más fotografiado de la carrera de Manuel Pertegaz, creador indispensable a la hora de entender la moda española desde los años 40 hasta la actualidad. Los últimos años del mítico diseñador los ha vivido en reclusiónb, sin querer dar ningún tipo de declaraciones a los medios de comunicación y sin acudir a ningún acto social.Su retirada ni siquiera se interrumpió cuando Televisión Española grabó, recientemente, un documental que repasa su carrera y en el que participaron desde la condesa de Romanones a Lorenzo Caprile.

Realizado en faya de seda natural tramada conhilos de plata fina, con un pico en cuello corola, y manoplas y bajo con bordados de plata y oro, el traje nupcial de la princesa dio mucho que hablar y se fotografió desde todos los ángulos posibles aquel lluvioso día de mayo. El día que Pertegaz vio su creación sobre Letizia, como un invitado más del enlace real, aseguró que era consciente de que el modelo en cuestión pasaría a la historia y, ante los periodistas, hablaba del futuro día en que la princesa fuese reina. “Yo ya no estaré cuando eso ocurra”, aseguraba.El diseñador ha estado desaparecido prácticamente del mapa debido a su avanzada edad en los últimos años.

Cuentan miembros de la industria textil de Barcelona que, en la confección del que quizá sea el vestido más famoso de todos cuantos realizó, el diseñador sacó a relucir su carácter más que nunca. “Siempre fue un hombre meticuloso, de pocas palabras, y a la hora de conseguir la sencillez que él quería para el vestido fue exactamente igual. Con una mirada ya se sabía lo que le estaba pidiendo a las costureras”, aseguran. La elección de Pertegaz para confeccionar ese traje que ahora cumple diez años fue por parte de la propia Princesa, admiradora de un hombre que, prácticamente, ocupó el primer lugar entre los modistos españoles.

Durante los años 40, España tenía que resarcirse de una guerra y aparentar una imagen de normalidad. Los diseños de Pertegaz, que también fue responsable de acortar faldas y bajar escotes, supusieron ese chute de alegría que el país necesitaba y que se vio multiplicado ante sus numerosos viajes a Estados Unidos. “El vestido de Letizia fue otro apunte más de su forma de expresarse: haciendo vestidos. Era la única forma que tenía de hacerlo al ser un hombre de pocas palabras”. Y fue él el que decidió también cada detalle del vestido: desde la cola de 4’5 metros a los escrupulosos bordados de plata y oro. “Es una pieza de colección. No puede estar mejor confeccionado en base a cuatro o cinco directrices”, aseguran.

Dos meses antes de la boda, en febrero de 2004, era el propio Pertegaz el que hablaba de su confección, asegurando que era “modernísimo” y que no se iba a “abrochar ningún botón y llevará unas mangas muy a tono con el resto del vestido”. Además, aseguró que había apostado “por un recogido para que fuese bien con el traje” para la princesa. Además, Pertegaz desveló la razón y el por qué Letizia le había encargado el vestido a él. “Tenemos mucha complicidad”, dijo. Diez años más tarde, el legendario diseñador vive una reclusión voluntaria, aunque su familia ha asegurado en repetidas ocasiones que está bien y que sigue siendo la “cabeza visible” de la firma que lleva su nombre.Oculto o no, su firma y su imagen siempre irá ligada a la de esa Letizia vestida de novia que enamoró a gran parte de una España que todavía creía en la monarquía.