Sarah Ferguson hace 'buenas migas' con la reina Isabel en su 55 cumpleaños

Regresando a los Windsor. Así es como ha cumplido los 55, esta semana, Sarah Ferguson, la omnipresente duquesa de York y cuyo divorcio de Andrés de Inglaterra fue una de las polémicas previas a los escándalos sobre Lady Di en el Reino Unido. “Siempre será mi bello príncipe”, decía hace poco tiempo cuando le preguntaban sobre él y sobre una posible reconciliación, dado que han estado más unidos que lo que resulta habitual en una expareja.

Un fin de semana en Balmoral con sus hijas Beatriz y Eugenia fue el que acabó despertando los rumores. Sin embargo, lo que nadie esperaba es que la mismísima reina de Inglaterra, que ha permitido que Ferguson celebre su cumpleaños en unos apartamentos privados del castillo de Windsor, le volviese a conceder un favor tan especial.

Lejos quedan ya los diecinueve kilos de más que perdió hace tiempo y su matrimonio con el príncipe Andrés, que tuvo lugar en julio de 1986 y apenas duró seis años. ‘Fergie’, como se la llamaba debido a su apellido, era la antítesis de la pompa real británica, un pez fuera del agua que ni siquiera poseía el encanto frágil de Lady Di que la redimiese de esas características que muchos británicos consideraban vulgares. El matrimonio entre los duques de York acabó desintegrándose debido a la disparidad de agendas entre el príncipe y ella, pero la ruptura también vino apoyada por algunos de esos escándalos que hacen las delicias de muchos británicos.

Los más graves tuvieron que ver con ser vista con otros hombres en la prensa. Uno de ellos fue Steve Wyatt, un financiero de Texas. Las fotos le costaron un anuncio de separación del príncipe Andrés en enero de 1992. Sin embargo, lo peor estaba por venir, ya que, poco tiempo después, el Daily Mail publicaba unas imágenes de ella con otr financiero americano, John Bryan que, además, aparecía en las instantáneas chupándole el pie. Escándalo tras escándalo, la duquesa de York, que nunca había sido del gusto de todos los Windsor, fue expuesta al ridículo por parte de la prensa sensacionalista británica, siempre dispuesta a airear los escándalos de palacio.

El asunto de los financieros se habría quedado ahí pero poco a poco los tabloides acabaron haciendo mella en su relación con los Windor y, cuatro años después, se divorció de Andrés de manera oficial, lo cual le valió la retirada del título de S. A. R.

Una ‘reconciliación’ real de forma paulatina

El tiempo parece haber sido el gran redentor de ‘Fergie’. Tras años siendo llamada la duquesa de Pork en referencia a sus kilos de más, su labor solidaria y su trabajo de comercial la acabaron dignificando a ojos de una opinión pública demasiado escrupulosa como para aceptarla. Ha sido su trabajo como escritora de libros infantiles el que han acabado concediéndole también éxito profesional y la ha colocado en un puesto superior del escalafón social británico. Desde ahora no ha sido tan raro verla con el príncipe Andrés en numerosos actos de carácter oficial. La clave está en que decidieron terminar su relación de forma amistosa por el bien de sus dos hijas, Eugenia y Beatriz.

Ese pacto de no agresión entre ambos es el que ha permitido que, por ejemplo, fuese invitada junto a sus hijas en actos que tenían que ver con el príncipe, como cuando Andrés recibió el título de Caballero de la Orden de la Jarretera. En los últimos años, a Sarah Ferguson le han preguntado demasiadas ocasiones si se reconciliaría con Andrés y, aunque siempre será su “príncipe”, está claro que ‘Fergie’ ha conseguido congraciarse con el miembro de la familia real británica más duro de roer: la reina Isabel. Ahora, Sarah Ferguson vuelve a ser bien recibida en palacio.